No hay nada más sencillo que adivinar el estado de ánimo de Elena Gómez. Su rostro nunca miente. Llegó agobiada de su vida en Madrid tras concluir el ciclo olímpico de Atenas, pero está recuperando la ilusión por la gimnasia en Manacor. Con la sonrisa ya de vuelta en su cara, está realizando la pretemporada en el Gimnasio Olímpic Cor bajo las órdenes de Joana Maria Rigo, la entrenadora que la descubrió. Elena se sincera después de su primer mes en casa: «mi vida ha cambiado».
Sólo un deportista de elite con ambiciones olímpicas puede soportar rutinas de entrenamientos como la del grupo de gimnasia artística femenina del Centro de Alto Rendimiento (CAR) de Madrid. Elena Gómez estuvo cinco años entrenando ocho horas diarias, y estudiando en el poco tiempo libre que quedaba en cada jornada. Fueron cinco años de dedicación exclusiva a la gimnasia, pero lo aguntó bien porque siempre había sido su sueño. Su «problema» fue ser única, ser la mejor gimnasta española de todos los tiempos. Las gimnastas buenas entrenaban, pero la campeona del mundo tenía que soportar una presión psicológica extraordinaria.
Elena Gómez, completamente agotada, le pidió un respiro a Jesús Carballo cuando finalizaron los Juegos de Atenas. El seleccionador español, que sabe perfectamente que además de ser la mejor gimnasta es una persona responsable, accedió a que la manacorina realizara la pretemporada en la Isla y le diseñó un programa para que trabajara bajo la supervisión de Joana Maria Rigo. Son básicamente ejercicios para realizar la preparación física, las mismas actividades que estaría haciendo en Madrid y que puede realizar en Mallorca al mismo nivel.
El primer programa que mandó Carballo a Joana Maria Rigo abarca los tres meses de preparación física. Elena Gómez ha comprobado en este mes en la Isla que se puede realizar el mismo trabajo, incluso con mayor intensidad, sin necesidad de emplear tanto tiempo. Sus sesiones son más cortas porque está entrenando sola, pero el resultado es el mismo.
En las sesiones matinales está trabajando la flexibilidad, la danza y el esfuerzo físico, además de comenzar con el trabajo en dos aparatos. Las sesiones vespertinas son más suaves, ya que sólo trabaja los otros dos aparatos. Es una época en la que lo único importante es no perder el nivel adquirido, en la que el objetivo es aguantar el estado de forma.
Elena Gómez aseguró estar ahora «más tranquila». La deportista isleña quiere despejar absolutamente su mente y por eso ha decidido no retomar los estudios: «Ahora sólo quiero entrenar y descansar». En este inicio de la pretemporada dice que «hemos bajado un poco el ritmo», pero es algo temporal. En las próximas fechas el Gimnasio Olímpic Cor inaugura un nuevo centro, que contará con aparatos de máxima calidad, lo que le permitirá entrenar también los ejercicios al mismo nivel que lo haría en Madrid.
Probablemente porque ha notado una mejoría sustancial en este mes y porque el nuevo centro reúne todas las condiciones que necesita, Elena Gómez ha decidido no marcarse una fecha de regreso a Madrid: «Voy a estar todo el tiempo que pueda en Mallorca». El seleccionador Jesús Carballo ya le ha llamado en varias ocasiones y tiene previsto desplazarse a la Isla para seguir las evoluciones de su pupila.