Mónaco | 2 |
Deportivo | 0 |
MÓNACO: Roma, Maicon, Rodriguez, Squillaci, Givet, Farnerud, Zikos, Evra, Adebayor, Kallon y Saviola.
Cambios: Pérez por Zikos, Chevantón por Adebayor y Modesto por Evra.
DEPORTIVO: Molina, Capdevilla, Jorge Andrade, Pablo Amo, Manuel Pablo, Víctor, Sergio, Duscher, Fran, Valeron y Pandiani.
Cambios: Scalloni por Sergio, Luque por Pandiani y Munitis por Fran.
Arbitro: Stefano Farina (ITA). Mostró la tarjeta amarilla a Sergio, Jorge Andrade y Evra.
Goles:
1-0, Minuto 5, Kallon.
2-0, Minuto 10, Saviola.
Efe|MÓNACO
El Deportivo de La Coruña se reencontró con los fantasmas que le atenazan cuando visita el Luis II de Mónaco, escenario en el que fueron derrotados (2-0) y en el que por momentos planeó la goleada que sufrieron el año pasado (8-3), la mayor de la historia de la Liga de Campeones.
Al conjunto del Principado le bastó con aprovecharse de la ingenuidad defensiva de los deportivistas durante los diez primeros minutos para meter el miedo en el cuerpo de un equipo que ya había salido escaldado de ese mismo estadio once meses antes.
La defensa deportivista estuvo fallona, como toda la temporada, adelantada pero imprecisa a la hora de tirar el fuera de juego y fue un muñeco en manos de los monegascos, que la perforaron a base de la quirúrgica precisión de los pases del brasileño Maicon, combinados con la endiablada velocidad de la tripleta de delanteros: Kallon, Adebayor y, sobre todo, Saviola.
El argentino demostró su olfato goleador, pese a que no deslumbra en Mónaco, donde evidencia cansancio físico motivado por su falta de vacaciones. Marcó su primer gol en competición europea, el segundo con la camiseta del Mónaco y el duodécimo en la Liga de Campeones.
Frente al orden que evidenció el Mónaco, el Depor dejó sobre el terreno una sensación de impotencia, sobre todo porque su bagaje ofensivo no llega ni con mucho para compensar los dispendios de su defensa. El Mónaco encontró un filón en la imprecisión defensiva gallega, sobre todo por parte de Pablo Andrade, y Kallon y Saviola aprovecharon dos contragolpes, dos fueras de juego mal tirados para, en diez minutos, marcar dos goles y recordar la media de un tanto cada nueve minutos de hace once meses. Afortunadamente, el conjunto galo levantó el pie del acelerador.