Son Moix se ha convertido en un terreno propicio para sus visitantes. El estadio del Real Mallorca no impone respeto. Ni miedo. Más bien todo lo contrario. El Málaga ha sido el último equipo en hurgar en la herida mallorquina y sacar provecho de la extrema debilidad balear ante su hinchada. Los datos invitan a pensar en la reflexión: sólo tres victorias en Son Moix en los ¡14! partidos oficiales disputados por el Mallorca en casa. Unos números que arrojan una paupérrima tarjeta de presentación de tres victorias, tres empates y ocho derrotas, sólo 12 de los 42 puntos posibles y un porcentaje del 28% de los puntos conseguidos. Sólo en un encuentro selló su portería a cero. Fue ante el Albacete allá por el mes de febrero. Hace más de siete meses... El grupo balear sólo ha sido capaz de tumbar a Deportivo, Málaga y Espanyol en los últimos nueve meses en Palma, empatando ante Racing, Albacete y Real Sociedad y doblando la rodilla frente a Celta, Athletic de Bilbao, Atlético de Madrid, Spartak de Moscú y Newcastle en la Copa de la UEFA, Villarreal y, en el presente curso, Real Madrid y Málaga. En el aspecto anotador, el conjunto isleño también arroja un déficit, con 17 goles a favor y 24 en contra.
El Mallorca abrió el año 2004 el 10 de enero ante el Celta de Vigo, en un partido que supuso la el finiquito a la primera vuelta del torneo. Las huestes de Luis Aragonés cosechó su cuarta derrota consecutiva, una racha que le acercaba a la zona pantanosa de la clasificación. El Celta, que se presentaba en Son Moix con Lotina al borde del cese, contó con la inestimable ayuda del colegiado Megía Dávila, que expulsó a Nené con 2-1 en el marcador. Bruggink marcó los dos goles rojillos. Siete días después, repitió en Son Moix. El equipo puso el telón a su racha de derrotas con un empate (1-1) que tampoco le sirvió de mucho. El Mallorca abrió febrero con un partido en el que sufrió su falta de acierto ante un Athletic que no perdonó ante Leo Franco. Yeste aprovechó la distracción de la barrera y del portero para marcar un gol casi de risa. Bruggink empató, pero el conjunto vasco remachó en el segundo tiempo con los goles de Joseba Etxeberria y Federico Lussenhoff en propia puerta (1-3).La visita del Albacete tampoco abrió la ventana del triunfo. El equipo isleño no pudo pasar del 0-0 inicial, un resultado que arrojó un dato positivo: la imbatibilidad. No había manera de que el Mallorca remontara el vuelo. El Atlético de Manzano agrandó la brecha al ganar 0-1 con un gol de Fernando Torres en el minuto 93. El Mallorca se agarró a la competición europea para tomar oxígeno en casa. Craso error. El 0-3 de Moscú provocó una bajada de tensión para el partido de vuelta. El Spartak lo aprovechó y retrató a los suplentes (0-1). Era el séptimo partido seguido sin ganar en Palma. Una racha nefasta. Pero el Mallorca alteró su dinámica peligrosa. La buena nueva se confirmó el 14 de marzo ante un Deportivo que una vez más desnudó todas sus miserias en Palma. Más de tres meses después, la hinchada balear cenó con una sonrisa. Correa mostró el camino, Ramis acalló los murmullos tras el gol de Munitis, Etoo marcó distancias y Jesús Perera se estrenó en Primera División.