Efe|SCHINIAS
El gallego David Cal se proclamó ayer campeón olímpico en C-1 sobre
1.000 metros y logró la primera medalla de oro y la quinta en el
cómputo total del piragüismo español en los Juegos Olímpicos, en la
primera de las dos jornadas de finales, donde el K-4 500 femenino
fue quinto y el C-2 masculino, séptimo.
Cal aportó ayer la primera medalla para el equipo español, que
llegaba a la cita griega con el objetivo de reencontrarse con un
puesto en el podio, lugar que no ocupaba desde hace veinte años
cuando otra canoa, el C-2 de Enrique Miguez y Narciso Suárez obtuvo
el bronce en Los Angeles'84.
Una portentosa actuación del joven David Cal le sirvió para
alcanzar el mayor logro de un piragüista español de todos los
tiempos en una regata que respondió a las mejores de las
expectativas creadas en torno a él. El pontevedrés, con un tiempo
de 3 minutos y 46 segundos, se mostró intratable durante toda la
regata, a pesar de que los rivales que le acompañaban en carrera
ostentaban eran adversarios del poderío que les confería haberse
proclamado doble campeón olímpico (Atlanta y Sydney), en el caso
del alemán Andreas Dittmer, y de otros consagrados hace mucho más
tiempo, como el checo Martin Doktor, oro en Barcelona'92.
Una buena salida y la posición ventajosa con la que se colocó en los primeros cien metros respecto al alemán, su rival más directo y compañero en la calle situada a su derecha, dejaron la prueba encarrilada para Cal. Sin apenas viento y con una condiciones óptimas para remar, el español estuvo inmenso en la zona intermedia de carrera, justo donde él destroza a los contrincantes por ser capaz de mantener un ritmo tan constante.
A falta de unos 200 metros, Dittmer, el único con fuerza suficiente capaz de inquietarle, intentó subir el ritmo para reducir distancias, pero el español pudo, en esta ocasión, aguantar el liderato con un paleo constante, sin opciones ya para el alemán. Dittmer, probablemente recordó ayer la final del último Mundial, celebrada el pasado año en Atlanta, en la que por primera vez se vio sorprendido por un entonces veinteañero Cal, que en aquella ocasión fue superado en los últimos metros. Hoy, once meses después ya no se ha dejado pasar.