«No voy a celebrarlo. El jueves ya tengo que entrenar para el US Open». Es la cruda realidad del mundo del tenis. Rafael Nadal, el tenista mallorquín que el pasado domingo ganaba su primer torneo del circuito ATP en Polonia, regresaba ayer de Atenas tras caer eliminado en la primera ronda del cuadro de dobles de los Juegos Olímpicos, en el que ha formado pareja con Carlos Moyà. El jugador manacorí mostraba su alegría por la consecución del título (le va a permitir volver a situarse entre los cincuenta mejores jugadores del mundo y el treinta y cinco de la Carrera de Campeones) y explicaba que sólo va a tener un día de descanso.
Rafael Nadal aseguraba a su llegada a Palma que «ha sido un triunfo muy importante para mí. Anímicamente era necesario porque verme el número setenta, después de haber estado el treinta y con el objetivo de meterme entre los veinte mejores del mundo, era duro. Con este triunfo vuelvo a estar entre top cincuenta, además de haber ganado un título, que es muy importante». Su participación en Atenas ha sido corta, pero el tenista manacorí extrae conclusiones positivas. «Llegué a la Villa Olímpica a las cuatro de la madrugada. Me levanté un poco tarde, fuí a entrenar y comer, y enseguida jugábamos. La pista era muy rápida, las pelotas diferentes, Carlos también estaba cansado porque había jugado tres horas... Se nos escapó el partido, pero contento de haber participado. He estado dos días allí y me lo he pasado bien. La verdad es que es un entorno muy bonito».
Rafael Nadal ya a tomarse el día de hoy de descanso -golf por la mañana y playa por la tarde-, pero mañana vuelve a los entrenamientos porque el 30 de agosto comienza el US Open, el cuarto Grand Slam de la temporada. «Sé que no puedo acabar entre los veinte mejores este año, pero intentaré acabar entre los treinta mejores y para conseguirlo el US Open es muy importante. Es una superficie ni muy rápida ni muy lenta, que creo que a mí se me da bien. Quiero centrarme porque buena parte de lo que queda de temporada me lo juego allí».