Real Mallorca | 1 |
Marítimo | 1 |
El Mallorca aprende a vivir sin Etoo. Benito Floro mezcló a veteranos con un puñado de imberbes y el resultado desembocó en una aceptable estreno de pretemporada ante un rival, el Marítimo portugués, con más rodaje por su inminente debut en la Copa de la UEFA. La buena tarde de Marcos Vales como interior izquierdo, la movilidad de hombres como Bruggink o Jesús Perera y las dotes de mando del argentino Pereyra invita a la confianza, aunque es evidente que este cesto necesita más mimbres de calidad para taponar algunas vías de agua. Un gol del suizo Müller en la tanda de penaltis le dio al Mallorca el pase para la final del Torneo de Leicester que le medirá esta tarde al conjunto inglés, verdugo del East Bengal hindú.
El primer Mallorca vestido de rojo fue un equipo encogido en los primeros minutos, pero rápido y combinativo durante el resto del encuentro. El grupo de Benito Floro dibujó por primera vez el esquema con el que va a trabajar durante la temporada: cuatro atrás, dos medios centros, los interiores bien abiertos y dos puntas presionantes.
Ante un rival que está a punto de iniciar su participación en la UEFA, la sensación que queda es de buenos fundamentos teniendo en cuenta que apenas acumulan dos semanas de trabajo.
El Mallorca tardó en entrar en acción. Le costó aparecer en el partido y sólo las internadas de Marcos Vales por el carril izquierdo y las acciones de estrategia le despertaron del lógico despiste. Moyà supo desde el primer minuto que ya no está en el B. Una indecisión del portero mallorquín, que alternó errores en algún balón aéreo con paradas de mérito a bocajarro, provocó la primera ocasión del encuentro, que abortó Miquel Angel Nadal. Pero a mediados del primer tiempo, el Mallorca tomó el mando de las operaciones y acumuló hasta cinco ocasiones claras de gol, una de las cuales acabó en el larguero tras un cabezazo de Pereyra. Pero un latigazo de Ferreira provocó el 0-1 antes del descanso. El Mallorca reanudó la entrega con descaro, juntó mejor las líneas y apartó a su rival del encuentro. Campano echó a la basura el empate con un penalti fallado, pero Jesús Perera no perdonó. El extremeño alzó la voz con una vaselina de lujo. Los últimos minutos dejaron para el recuerdo el estreno del venezolano Arango, que no aportó demasiado, y de Víctor, un depredador de área que dará qué hablar.