Luis Aragonés se despidió ayer oficialmente del Real Mallorca. Y lo hizo en el transcurso de una rueda de prensa en la que expuso las razones que le llevaron a aceptar la oferta de la Federación Española para hacerse cargo de la selección. El entrenador madrileño asegura que se lleva orgulloso el afecto que le han profesado en la Isla, pero reconoce que no podía negarse el reto de regenerar el espíritu del combinado nacional. «Sé lo que le debo al Mallorca y el cariño que le voy a tener a este equipo, pero siento que esta era la última vez que ese tranvía pasaba para mi. Le había dicho que no a la selección otras veces, pero por mi edad, no podía permitirme hacerlo de nuevo», apunta. Aragonés compareció en la sala de prensa del estadio de Son Moix junto a su preparador físico, Jesús Paredes, quien también le acompañará en el desafio que la ha propuesto Àngel María Villar y comenzó su discurso agradeciendo el trato recibido durante su estancia en Mallorca y el gesto que tuvo el club al liberarle de su compromiso para la próxima temporada. «He venido aquí a despedirme de todos vosotros y de la afición. Quiero dar las gracias al presidente y a la directiva, que han permitido que me vaya a la selección. Yo no pensaba que fuera a ser el elegido, pero estaba en el momento idóneo para hacerme cargo de ella».
El técnico recalca que en ningún caso se esperaba su nombramiento, porque desde la marcha de Iñaki Sáez «únicamente se especulaba y había muchos nombres», pero quiso subrayar sobre todo que estaba dispuesto a cumplir el año de contrato que le restaba en caso de que el club le hubiera obligado a hacerlo. «Yo no he dejado colgado al Mallorca. Tenía un año más y pensaba cumplirlo y punto. Por lo tanto no he dejado colgado a nadie. Además, en el club se dieron cuenta de la importancia que tiene la selección. En cualquier caso se trata de una decisión que me ha costado tomar porque a mi mujer le encanta Mallorca y yo estaba muy a gusto aquí».
El técnico recordó que su contrato no establecía ningún tipo de pacto para dejar el club en el caso de recibir una oferta de la Federación e ilustró su particular punto de vista con un ejemplo que repitió en varias ocasiones. «Se trata de un tren que si no lo cogía ahora ya no lo cogería nunca. No había ninguna claúsula en mi contrato porque no me imaginaba que fuera a ser el seleccionador y por eso debo darle las gracias al presidente. De todas formas, hubiese estado igual de contento de haberme quedado», apunta. Aragonés alabó también el modelo que representa actualmente el Mallorca y lo señaló como un ejemplo a seguir en la península y acerca del hombre de moda del balompié nacional, Samuel Etoo, destacó que «cuenta con una categoría impresionante. Tiene también una cabeza muy bien amueblada, pero todavía tiene que aprender mucho y él lo sabe». Luis no quiso descartar una tercera etapa en Palma, aunque reconoció que es poco probable.