La Llama de los Juegos que se celebrarán el próximo mes de agosto en Atenas dejó ayer un reguero de ilusión olímpica por las calles de Madrid y Barcelona, la primera una ciudad que pretende organizar la edición de 2012 y que acogió el relevo de la Antorcha con más entusiasmo institucional que apoyo popular, escaso a primeras horas de la mañana pero notable al final del recorrido. El Príncipe Felipe, regatista olímpico en los Juegos de Barcelona'92, puso punto final al paso de la Llama al encender un pebetero situado para la ocasión bajo el arco central de la Puerta de Alcalá.
Treinta relevistas portaron la Llama, el primero de ellos el ex waterpolista Manuel Estiarte, campeón olímpico en Atlanta y actual miembro del COI, y el último el ex futbolista Kiko Narváez. Juan Antonio Corbalán, José Luis Llorente, Nina Jivanevskaia, Rafael Guijosa, Blanca Fernández Ochoa, Jesús Carballo, el mallorquín Pepote Ballester, y Abel Antón, entre otros, también hicieron su correspondiente relevo de 400 metros hasta completar un trayecto de 12,150 kilómetros por las calles de la capital. Distintas exhibiciones deportivas acompañaron el paso de la Llama. El piragüismo en las fuentes de la Plaza de Colón, la doma en las puertas del Palacio Real, la esgrima en las escalinatas del Congreso o el voley playa en una plataforma flotante en el estanque de El Retiro fueron las más espectaculares.
La Llama llegó a Madrid a las 8:41 horas en un avión especial procedente de Londres. Desde el aeropuerto de Barajas se trasladó al centro de la ciudad en metro, protegida en un candil y en un convoy especial formado por tres vagones y decorado con los colores y emblemas de los Juegos de Atenas. El Fuego comenzó su recorrido a las 9:30 en el Paseo de La Castellana. Los puntos que congregaron más espectadores fueron la Puerta del Sol, el Paseo del Prado y la Plaza de la Independencia, destino final de la Llama, que pasa por España por tercera vez en la historia de los Juegos.