César Toldrá
El centrocampista David Beckham llegó a Portugal con la intención
de que la Eurocopa sirviese de bálsamo para una temporada gris en
el Real Madrid, aunque dos momentos puntuales en el torneo han
servido para que la estrella viva su «annus horribilis». Dos
lanzamientos de penalti fallados en la Eurocopa de Portugal han
condenado al futbolista inglés. El primero, al final no tan
trascendente, le dio vida a Francia en el primer partido del torneo
para que remontase el marcador. El segundo, «ayudó» a que su equipo
cayera en cuartos de final en la tanda de penaltis. El fichaje de
Beckham suponía la incorporación de un nuevo «galáctico» al Real
Madrid. Las expectativas eran máximas y el 'triplete' el objetivo
marcado. Pero de las intenciones a los hechos hubo un mundo, porque
el Madrid se quedó sin Liga, ni Copa ni Liga de Campeones.
En el caso del futbolista inglés, su irrupción en el fútbol español fue sensacional. A sus conocidas virtudes con la pierna derecha y los lanzamientos a balón parado, Beckham también ofreció facetas hasta entonces desconocidas. Entrega, lucha e, incluso, en un cambio de ubicación, dotes para dirigir al equipo. El equipo ganaba y todo era perfecto. Una derrota en la final de la Copa del Rey, ante el Real Zaragoza, fue el principio del fin para el Real Madrid, ya que se desmoronó en la liga y fue eliminado en Europa. Al igual que el resto de la estrellas madridistas, Beckham deambulaba sobre el campo desorientado y sin atisbar solución alguna.
Una expulsión en la Liga ante el Real Murcia por insultar al árbitro asistente, 'coronó' una temporada que empezó brillante pero que se torció a mitad sin remisión. Lejos de mitigar las heridas abiertas en su club, la Eurocopa de Portugal ha servido para dejar más tocada la moral del capitán de la selección inglesa. Curiosamente, una de sus especialidades, los penaltis, le han llevado al fondo del pozo. En el primer partido de Inglaterra, con 1-0 a favor ante Francia, Beck's tenía la posibilidad de rematar al rival, pero Fabien Barthez le detuvo su lanzamiento desde el punto de penalti y dio vida a Zinedine Zidane y compañía, y no la desaprovecharon. Precisamente su compañero en el Real Madrid, con dos goles, volteó el marcador. Había tiempo para rectificar en la competición, su juego había sido bueno hasta el fallo y las críticas no se cebaron en él, aunque nadie se imaginaba que lo peor estaba por llegar. Tras el empate con el que finalizó la prórroga del partido de los cuartos de final ante Portugal, Beckham, como especialista, asumió el primer lanzamiento de penaltis y falló como jamás pensó que lo haría. Su balón se fue muy alto e incluso dio la sensación de que el jugador casi golpeaba entre el balón y el césped.