Efe|SANTO TIRSO
La selección francesa de fútbol realizó ayer el último
entrenamiento en Santo Tirso antes de partir para Lisboa, donde
mañana se estrena en la Eurocopa frente a Inglaterra, y el trabajo
se centró en «afinar» la puntería. Este fue el primer
entrenamiento, desde la llegada el pasado martes de la comitiva
francesa a Portugal, al que pudo asistir el público, y el segundo
con presencia de periodistas. Los franceses hicieron una sesión
ligera en medio de un ambiente relajado. Durante los casi 90
minutos que duro el entrenamiento, se pudieron contar por centenas
los remates a la portería para preparar el asalto a la meta del
ingles David James.
Al final del entrenamiento llegó la mejor recompensa para los muchos aficionados que se acercaron a ver a la selección gala. El jugador del Real Madrid, Zidedine Zidane, se acercó a las gradas para firmar autógrafos, lo que fue una verdadera locura para muchos jóvenes que hacía días que esperaban por un momento así. También Robert Pires, jugador de ascendencia portuguesa, y una de las grandes «estrellas» de Francia y del Arsenal de Londres, fue uno de los más solicitados y solícitos.
Por otra parte, Lilian Thuram jugará mañana contra Inglaterra su partido cien con la camiseta de la selección francesa, una barrera que sólo otros dos jugadores han superado en la centenaria historia del equipo galo. El jugador de la Juventus podrá agregar a su currículum la mención de «cien veces internacional», algo a lo que sólo tenían derecho el actual capitán Marcel Desailly y su antecesor en el cargo Didier Deschamps. Thuram franqueará la barrera de los cien partidos con su prestigio intacto, sin que nadie discuta su condición de titular en la defensa francesa y con la sensación de que ha ganado galones en el grupo, pese a su particular personalidad que no le convierte en un líder nato. Todo lo contrario de Desailly, que con 113 partidos internacionales en sus piernas afronta la Eurocopa de Portugal rodeado de críticas por su mal estado de forma, atacado por su liderazgo egoísta y cuestionado como titular en una defensa que, sin él, parece haber recobrado la solidez de hace unos años y que suma 1.040 minutos sin haber recibido un gol.