Si los precedentes y el nivel de juego exhibido durante la semana propiciaran algún tipo de ventaja, no sería necesario que Carlos Moyà saltara a la pista. El tenista mallorquín ha ganado a Tommy Robredo las cuatro veces que se han enfrentado anteriormente y se ha paseado en los tres primeros partidos en Roland Garros (Van Lottum, Vicente y Sluiter). A pesar de que se prevé un encuentro muy equilibrado porque el catalán también ha firmado una semana extraordinaria en París, Moyà sabe que ha llegado su hora, es la hora de los grandes. Consciente de que Roger Federer cayó eliminado ayer, y que ganar la Copa de Mosqueteros le puede acercar a su objetivo de volver a alcanzar el número uno mundial, Carlos Moyà afronta el encuentro de hoy (cuarto turno dela pista Suzanne Lenglen) ante Tommy Robredo tremendamente motivado. Durante la primera semana de competición ha sentido mejores vibraciones que en 1998, cuando ganó en Roland Garros, y quiere refrendar el buen momento que atraviesa con una nueva victoria.
Si Moyà toma la iniciativa en el punto, no debería tener demasiados problemas. El mallorquín está mostrando un porcentaje de primeros servicios muy alto y su derecha le está proporcionando un buen puñado de puntos ganadores. Además, el trabajo durante la semana de descanso en Mallorca (paró tras el Másters Series de Hamburgo), está dando buenos resultados. El revés viaja muy deprisa. Apenas comete errores no forzados y no duda cuando tiene que subir a la red . Tommy Robredo conoce perfectamente a Moyà, pero el principal problema para el mallorquín es la metamorfosis que ha sufrido el juego del catalán desde que entrena bajo las órdenes de Marcelo Monachessi. La fama de pasabolas que terminaba fallando ha quedado olvidada. La lista de Robredo de errores no forzados termina prácticamente sin mácula todos los partidos, y sus conocimientos ofensivos también han aumentado. Aprovecha cualquier oportunidad para tomar la iniciativa en el punto y exprime a la perfección sus dos golpes de fondo.
El encuentro de hoy tiene una cuota de emotividad para Carlos Moyà. El tenista mallorquín regresa a la pista Suzzane Lenglen, el escenario donde cayó eliminado el año pasado en el quinto set del partido de cuartos de final ante el holandés Martin Verkerk. Si Moyà consigue meterse en los cuartos de final sabe que probablemente tendrá que medirse con el argentino Guillermo Coria, el rival más complicado de los que quedan en el cuadro. El tenista sudamericano sólo ha perdido un partido sobre tierra batida este año y le ganó en la final de Buenos Aires. Coria todavía queda lejos, ahora el objetivo a batir se llama Robredo.