Carlos Montes de Oca
19
de mayo de 1999. Estadio Villa Park de Birmingham. Real Mallorca y
Lazio protagonizan la final de la última edición de la Recopa de
Europa. La pluma táctica de Héctor Cúper contra la pegada de la
escuadra de Sven Goran Eriksson. Un novato frente a un club grande.
Ilusión contra poder. El Lazio se adelanta con un gol de Vieri en
el minuto 7. El Mallorca se rehace y Dani García empata cuatro
minutos después. Lauren y el propio Dani disponen de claras
ocasiones para marcar en la segunda mitad. El título se toca con
las manos.
Pero otra vez la mala fortuna persigue al Mallorca en una final.
Un gol del checo Pavel Nedved a nueve minutos para la conclusión
acaba con el sueño de gloria. La Recopa se había escapado, pero el
equipo y los 6.000 aficionados regresaron de Birmingham con la
cabeza alta. Se había perdido un trofeo, pero se había ganado un
prestigio. El Mallorqueta se había transformado en el Real
Mallorca...
Hoy, otro 19 de mayo, un sentimiento de nostalgia recorrerá todos
los rincones del mallorquinismo.
Cinco años después de aquella final, de la cumbre más alta que jamás haya alcanzado la entidad, muchas cosas han cambiado en las entrañas del club. Por ejemplo, el Grupo Zeta ya no es el máximo accionista. Guiem Reynés no preside el club. El Mallorca juega en otro estadio y Héctor Cúper no se sienta en el banquillo. Además, sólo dos integrantes de aquella plantilla 1998-99 se cambian todavía en el vestuario del Real Mallorca: Javier Olaizola, que formó parte del once titular, titular, y Fernando Niño.