Ofuscado por la irrupción de Rudy Fernández en la máxima categoría, el baloncesto mallorquín esgrime nuevos argumentos de futuro que apuntan hacia la misma senda que el escolta del DKV Joventut. Para buscarlos, cabe echar un vistazo al mapa y ubicar dos destinos tan opuestos como Los Àngeles y Málaga. Allí residen Isaac Cruz y Alberto Corbacho, dos talentos naturales que salieron de la Isla con el cartel de promesas y han explotado en el lugar y el instante apropiados. Ambos coincidieron con Rudy y componen el esqueleto de un grupo de jugadores con denominación de origen en el Sant Josep y una enorme proyección.
A sus 19 años, Isaac Cruz decidió probar fortuna al otro lado del charco y orientó sus miras hacia Estados Unidos. En el Drac Inca no tuvo continuidad y la Ribet Academy, una High School en la que presentó sus credenciales con 48 puntos en su debut. Sus veintiún puntos en el All Star de California le abren las puertas de las universidades americanas. «Hay 5 ó 6 que me han invitado. Yo querría estudiar fisioterapia y poder obtener una beca para jugar en la NCAA. Sería una pasada», comenta el base, que aún recuerda su contacto con los que llegó a entrenar. «No estuve mal, pero fue una experiencia inolvidable».
La Ribet Academy presume de ser la tercera mejor de California, aunque obtuvo un meritorio segundo puesto en la competición regular. Eso sí, Isaac fue el MVP. El caso de Alberto Corbacho merece atención y analizarlo en profundidad. Grupotel.com y Mesón Ca'n Pedro ya conocen las virtudes de este alero de 19 años y 201 centímetros de altura. También formado en el Sant Josep, ha buscado cobijo en el Unicaja de Málaga, en el que Sergio Scariolo le ha brindado la opción de vivir en primera persona el ambiente ACB.