Fernando Correa vuelve a la carga. Después de que la pasada semana se hiciera público su positivo en un control antidoping que se le practicó con la selección uruguaya, el delantero había permanecido recluido y su contacto con el exterior había sido mínimo. Ayer, el atacante reanudaba el trabajo de recuperación en Son Bibiloni a la espera de conocer la sanción que le aplica la FIFA y tiene la intención de reestablecerse cuanto antes de su dolencia para sumarse al grupo con total normalidad.
El futbolista padece una rotura fibrilar de segundo grado en el recto anterior izquierdo que se produjo durante su actuación en un partido amistoso que disputaron a finales de abril en Madrid la selección uruguaya y el Getafe. Para superar esas molestias que le han impedido vestirse de corto en las dos últimas jornadas, Correa está siguiendo un tratamiento de fisioterapia y ejercicios asistidos en las instalaciones del club del que espera obtener pronto buenos resultados.
La situación en la que se ha visto envuelto el jugador sudamericano puede haber ralentizado ligeramente el proceso de recuperación. El futbolista sigue muy pendiente de la decisión del máximo organismo futbolístico y no tiene previsto realizar declaraciones hasta que se conozca su castigo. El respaldo que le han brindado los servicios médicos del club juega a su favor y una vez que la FIFA se pronuncie, presentará las alegaciones oportunas basandose principalmente en que su caso responde a una situación de consumo esporádico de la sustancia detectada, en este caso un derivado de la cocaína.