El grupo balear de Tercera división se ha adelantado al final previamente establecido. Aunque el calendario indique que todavía resta una jornada por disputarse, el último fin de semana anticipó el desenlace de la categoría y sacudió sus cimientos, ya que si antes de disputarse la misma había muy pocas cosas en claro, los diez partidos jugados terminaron de perfilar la cima de la clasificación.
El sábado se conocía que el título viajaría hasta las vitrinas de la Peña Deportiva Santa Eulària y el domingo quedó totalmente definida la parrilla de equipos que disputarán la fase de ascenso a Segunda B. Al campeón le acompañarán el Poblense, el Santanyí y el Vilafranca, que tendrán la ocasión de comprobar las ventajas e inconvenientes del nuevo formato del play-off.
Este año pasará a la historia el fatídico sistema de liguilla que tantos problemas creaba a los equipos baleares. Eso significa que se abren nuevos horizontes para los clubes del archipiélago, que por primera vez en mucho tiempo pueden afrontar ese segundo ciclo de la competición con esperanzas de seguir adelante sin tener que entregarse a las primeras de cambio.