El baloncesto mallorquín incluye dentro de su club más selecto a un nuevo miembro. El título de Primera División ha disparado las expectativas y el sueño del Alcúdia adquiere forma. La entidad presidida por Miquel Ramis tiene las miras orientadas más allá de la Liga EBA, a la que ha ascendido por méritos propios, y formalizará su solicitud para ser inscrita en la LEB2. En la reunión de la junta directiva celebrada anoche se decidió seguir adelante con el proceso y tramitar a través de la FBIB la documentación para poseer una plaza en la categoría de bronce, en la que, si llegan a buen puerto las gestiones, podría coincidir con el Drac Inca.
El aspecto económico no es un obstáculo para un Alcúdia que reclama un hueco en la élite del baloncesto español, y las bases de un proyecto cargado de ambiciones pasan por confeccionar una plantilla competitiva en caso de que la FEB diera el visto bueno al catálogo de intenciones del club alcudienc. La continuidad en el banquillo de Eloy Doce está asegurada, de la misma manera que la de Thomas Tripp, el jugador más desequilibrante de la campaña que ha finalizado recientemente y que cuenta a su favor con el añadido de poseer pasaporte comunitario. Incorporar a una pareja estadounidense solvente y a cuatro nacionales serían los primeros pasos a dar cara a sentar las bases del plantel profesional.
Uno de los argumentos de ilustran las expectativas del Alcúdia es la posible reestructuración que puede padecer la Liga LEB2. Este aspecto debe tratarse, e incluso podría aprobarse en la asamblea de la FEB, que tendrá lugar el próximo día 29 de mayo. En caso de que se diera luz verde, el número de franquicias aumentaría, de la misma manera que las posibilidades del Alcúdia, que pese a todo tendría que competir con los conjuntos de EBA que también hayan optado a una plaza.