Las imágenes de su pelea con un aficionado del Tenerife, tras consumarse el descenso del conjunto canario a Segunda División, forman parte de la historia negra de la Liga. Dos años después, Federico Lussenhoff está inmerso en la lucha por la permanencia, aunque la situación muestra bastantes diferencias con la que vivió en el club chicharrero. «Con el Tenerife estuvimos en zona de descenso, tratando de alcanzar a los de arriba, mientras que acá tratamos de agrandar la ventaja con los de abajo. La situación es diferente y ahora debemos aprovechar esa pequeña diferencia que tenemos a nuestro favor para salir de ahí abajo de una vez por todas», indicó ayer el central argentino. Para Lussenhoff el equipo «está trabajando con ganas, con una cuota extra de motivación y sacrificio para llegar bien al partido de Valladolid, que es vital para nuestras aspiraciones. La situación se ha vuelto a complicar después de uno de los peores fines de semana que nos podía tocar, pero debemos trabajar y seguir luchando. De aquí al final será una guerra terrible entre todos los equipos implicados».
Las visitas a Zorrilla no suelen traer buenos recuerdos: «El campo del Valladolid es difícil para todos. Los grandes, con la excepción del Barça, han sufrido muchísimo para sacar buenos resultados. El Valladolid es un equipo muy trabajador y ordenado».
Lussenhoff cree inevitable hablar de errores porque «si estamos ahí abajo es porque hicimos las cosas mal. En casa no hemos sacado los puntos que un equipo como local tendría que lograr. Deberíamos de haber sacado muchos más puntos en casa». Al respecto de su futuro -su cesión acaba a final de esta temporada- afirmó que «ahora ni yo ni mis compañeros pensamos en otra cuestión que no sea la permanencia. A partir del 23 del mes de mayo ya hablaremos de futuro».