Su cuota de protagonismo ha sufrido un bajón considerable. Gonzalo Colsa (Cantabria, 1977) está viviendo sus peores momentos desde que aterrizó en la isla un par de días antes de encender la mecha del torneo. Hasta la última jornada, su nombre siempre había figurado en la convocatoria de Luis Aragonés. Nunca se quedó sin firmarla. Había intervenido de titular en todos los partidos salvo en el disputado en el Nou Camp, cuando se quedó en el banquillo. Pero el pasado fin de semana, Colsa repasó la lista una y otra vez y su nombre no aparecía. Por primera vez en toda la temporada en la Liga, el santanderino se quedaba en casa.
Días después de esa circunstancias, Gonzalo Colsa desconoce los motivos de su exclusión aunque no baja los brazos: «Emíster no me comentó nada y la verdad es que me sorprendió porque había estado en todas las convocatorias. Pero no me queda otra que trabajar...», apuntó ayer a este periódico el centrocampista cántabro. Colsa, el inquilino del vestuario con más partidos de Liga en sus piernas (31), supedita el interés colectivo al individual: «Lo principal es que el equipo gane, independientemente de quien juegue. Es evidente que yo pienso que debería jugar, pero eso es algo que piensan todos los futbolistas. Yo he sido responsable de las victorias y de las derrotas, pero son cosas que forman parte de este mundo».
El futuro de Gonzalo Colsa, al menos de momento, seguirá ligado a la isla. El cántabro está cedido durante dos temporadas, ésta y la próxima, al Mallorca, además de tener tres años más de contrato con el Atlético de Madrid. «La verdad es que ni siquiera yo conozco demasiado bien el acuerdo, pero sí, creo que la cesión es por dos temporadas. El futuro pasa por estar otro año aquí y, en principio, el año que viene sigo aquí. Aunque en el fútbol no se puede asegurar nada...», apuntó.