El Real Mallorca se adentra en territorio continental para olvidar momentaneamente sus penurias domésticas. Sin apenas tiempo para digerir su último desencanto liguero, la escuadra de Luis Aragonés se reencuentra con una competición paralela en la que también se le han agotado las salidas. Sin embargo y pese a arrastrar un lastre demasiado pesado enganchado a sus pies, la plantilla y el cuerpo técnico no quieren renunciar todavía a la posibilidad de acabar con el Newcastle y están dispuestos a exponer todos sus argumentos antes de bajar los brazos de forma definitiva y entregarse al dominio británico. «Será complicado y no cabe duda de que ellos llevan una ventaja importante, pero en el fútbol nunca puedes decir que no vas a conseguirlo. Lo vamos a intentar», aseguraba ayer Aragonés en su comparecencia previa al choque de esta noche, que marcará el futuro del equipo en la Copa de la UEFA (Son Moix, 21 horas).
Para el Mallorca, la confrontación adoptó un tono grisáceo en el partido de ida y eso le obligará a forzar la máquina desde que el balón se ponga en funcionamiento. La desventaja que acumula el cuadro balear tras su paso por Saint James' Park no deja lugar a la especulación y los insulares deberán poner cerco al marco de Shay Given si no quieren despedirse del pasaporte a cuartos. La hazaña se presenta complicada, pero la entrada aire fresco al equipo y ebajón que padecen los conjuntos ingleses cuando abandonan su hábitat natural le reservan ciertas opciones. El técnico bermellón, que concederá una oportunidad a los jugadores que han disfrutado de menos minutos, no renuncia a la hombrada y ha lanzado un desafío a la lógica. «Jugar con gente que tiene que hacerlo el domingo en una final no me parecía adecuado, aunque entrarán algunos de ellos. Además, no tenemos laterales y vamos a jugar con línea de tres para presionarles más arriba», apuntaba el madrileño, que seguía explicando que «vamos a tratar de ganar el partido sabiendo que es tremendamente complicado y difícil, pero sabiendo que sería bonito pasar».
El preparador isleño ensayó sin algunos de sus pesos pesados y aunque reconoce el dulce momento por el que atraviesan las urracas, no descarta sorprenderlos acechando directamente algunos de sus puntos débiles. «Es cierto que el Newcastle está en buen momento y desde que jugaron contra nosotros está sacando unos resultados extraordinarios. Pero en el fútbol, si haces un gol a los seis o siete minutos te puedes meter en la eliminatoria y por ello es necesario presionar más arriba. Es complicado porque eso implica descubrirse atrás, pero intentaremos hacer las cosas bien para ver si podemos pasar». El jefe del vestuario mallorquinista, que siempre ha defendido que el principal patrimonio del club es la permanencia, no quiere entregar el partido antes de hora. «Lo más importante es la liga, pero con una plantilla de más veinte jugadores se pueden disputar dos competiciones -relata Aragonés-. No cabe duda de que la importancia de la UEFA es menor, por eso van a entrar en el equipo hombres que hasta ahora han jugado menos. A estos se les debe exigir el máximo esfuerzo porque «en el fútbol no se puede salir a la expectativa ya que normalmente acabas perdiendo».