El compromiso ante el Valencia ha pasado al primer plano del horizonte mallorquinista y el cuerpo técnico se lo ha hecho entender a la plantilla. Luis Aragonés y su preparador físico, Jesús Paredes, dieron ayer la bienvenida a sus jugadores con una paliza física dirigida a preparar el cruce ante los levantinos y el balón brilló por ausencia. El técnico madrileño, consciente de lo que hay en juego en las últimas jornadas, siempre ha concedido una especial importancia a la recta final del curso y quiere que su equipo cierre la liga en un estado óptimo. La brillante victoria ante el Deportivo ha servido para regenerar el ánimo del vestuario, aunque no ha conseguido difuminar las preocupaciones del técnico, que no quiere dejar un solo detalle a la improvisación de la tabla.
Después de solventar con éxito la visita de los gallegos, el plantel balear había disfrutado de dos días de descanso y a excepción de un grupo de futbolistas que había trabajado especificamente el martes, se reencontró ayer con la actividad con la mente puesta en Mestalla. Por espacio de una hora y media, Paredes supervisó una serie de ejercicios en los que sus jugadores se vieron sometidos a un exigente esfuerzo. Recurrió incluso al montículo ubicado en Son Bibiloni -conocido anteriormente como «monte Alfano»-, para que sus jugadores se fueran aproximando al punto de forma deseado y sólo faltaron Samuel Etoo y Correa, que no participaron junto al resto de compañeros a causa de las molestias que arrastran.
En la jornada de hoy, tendrá continuidad el plan de trabajo elaborado por los responsables de cuidar el aspecto físico, que han programado una doble sesión en la Ciudad Deportiva Antonio Asensio para seguir acelerando. El grupo balear ya no tendrá descanso esta semana y entrenará hasta poco antes de desplazarse a Valencia. La preocupación del club pasa ahora por recuperar a los jugadores que se encuentran en la enfermería en el menor tiempo posible. El centrocampista del Valencia Rubén Baraja se perdió la primera sesión de entrenamiento de la semana aquejado de una tortícolis que no le impedirá trabajar hoy y Jorge López ha superado el esguince de rodilla que padecía y está a disposición del técnico para jugar ante el Mallorca.