Ana Huertas
La Unión Deportiva Collerense femenina se formó en 1999. En la
siguiente temporada, se alzó con el campeonato de la categoría y el
consiguiente ascenso a Primera Nacional. En la pasada temporada,
finalizó en tercer lugar y ésta, a pesar de los numerosos
inconvenientes que arrastran, casi con toda probabilidad acabaran
en una extraordinaria segunda plaza. Para su entrenador, Jaime
Amer, todas son estupendas, con sus defectos y sus virtudes. Él,
como jugador que fue del Cide y el Manacor, y posteriormente como
entrenador de chicos, desde alevín a juvenil, siempre en el
Collerense, sabe mejor que nadie las diferencias existentes entre
un equipo de fútbol masculino y uno femenino.
Dice que las chicas son más atentas y se toman más en serio las cosas, incluidos los enfados. Que entre las chicas se nota más la unión y amistad dentro y fuera del campo. Que se tienen mucho respeto entre ellas y no existe rivalidad, son grandes compañeras. Aunque también comenta que dirigir un equipo femenino es más difícil, pues son un poco más complejas y debe hacer, en más de una ocasión, más uso de la psicología que de sus conocimientos futbolísticos. Los martes los dedican a la preparación física y los jueves y viernes a los entrenamientos con balón y al ensayo de jugadas. También suelen estudiar al equipo contrario para evitar sorpresas.
Pili Espadas, además de la capitana, es el nexo de unión entre el entrenador y las chicas. Posee un carácter muy extrovertido, capaz de dialogar con unas y con otro y, además, para el resto de jugadoras del Collerense, es el referente del equipo. Nueve son las jugadoras que actualmente participan con la selección balear. Además, Juana María Expósito y Pili Espadas ya conocen el equipo nacional. Cuando visité el campo municipal de Ca'n Caimari, en la palmesana barriada del Coll d'en Rebassa, no imaginé que iba a encontrarme a un grupo de muchachas tan risueñas y con una gran voluntad de hierro, máxime después de saber que ellas tienen que aportar casi todo el dinero que deparan los viajes y demás gastos que suscita tener un equipo femenino de este rango.