El Mallorca apunta hacia la salvación, pero lo hace con el pulso tembloroso. Los últimos tropiezos en Son Moix han provocado un clima de desconfianza y el grupo de Luis afronta su visita a Sevilla atrapado en un laberinto de dudas. La salida está clara: tiene que derribar al equipo andaluz, que afronta el choque en medio de una semifinal de Copa, y traspasar la frontera de una irregularidad que ha frenado su progresión hacia la zona templada. La presencia de los cuatro fichajes de invierno le da al partido otra dimensión (17.00, Sánchez Pizjuán). El Mallorca de las últimas jornadas ha recuperado el tono ramplón de los primeros compases del campeonato. El equipo que enamoró en noviembre se ha transformado en un grupo obtuso al que le cuesta moverse sobre el campo con la clarividencia necesaria para imponer su estilo. Siempre está a merced de la voluntad del rival y eso le ha costado más de un disgusto. El Celta le sacó los colores en Son Moix, el Racing le arrinconó a golpes y la mejoría experimentada ante el Zaragoza, en la última victoria isleña en los dos últimos meses, no tuvo un refrendo tangible en Palma ante el Athletic de Bilbao.
El Mallorca se la juega en un escenario hostil. La historia revela que el equipo mallorquín sólo ha ganado dos veces aquí, la primera hace más de cuarenta años y la última en la temporada 1999-00, con el Sevilla ya descendido a Segunda. El desplome colectivo ante el Athletic se tradujo en una derrota humillante y las heridas de la hecatombe sólo pueden cicatrizar con el triunfo. Pero el Sevilla, que mira de reojo a la vuelta de las semifinales frente al Madrid del próximo miércoles, no está para lanzar cohetes. Su racha es idéntica a la balear, con una sola victoria en las siete últimas jornadas, y no ganar hoy al grupo de Luis le supondría seguir oliendo el peligro. Y es que el grupo de Caparrós está pagando el esfuerzo copero. No en vano, podría acercarse peligrosamenta a las arenas movedizas si pierde en un Pizjuán que estará de uñas contra el palco por haber vendido a su estandarte Reyes al Arsenal.
En el plano deportivo, Luis Aragonés retocará el once inicial para evitar los despistes defensivos. El madrileño le dará una nueva oportunidad a Nagore para incrustarle junto a Gonzalo Colsa en el doble pivote, aunque "el Guille" Pereyra se mantendrá a la expectativa. No en vano, se da por hecho que el ex jugador de River Plate, el cerebro del futuro, debutará en la Liga española en el segundo tiempo. Donde el técnico madrileño sigue jugando al despiste es en la pareja defensiva. Aunque en las sesiones de jueves y viernes optó por la dupla Nadal-Niño, en el entrenamiento de ayer, celebrado a puerta cerrada en el estadio de Son Moix, Luis situó a Lussenhoff con los titulares en detrimento de Nadal. El otro relevo obligado estará en la banda derecha, donde Edu Moya suplirá la baja del lesionado David Cortés. El extremeño, por cierto, estará alentado desde la grada por unpuñado de familiares que se desplazarán hoy por carretera desde la localidad pacense de Monesterio.