El Mallorca B requiere continuidad para afianzar su proyecto y se posiciona ante su segundo encuentro consecutivo en casa dispuesto a sacar la cabeza. Los pupilos de Toni Cazorla reciben esta tarde al Lorca (Lluís Sitjar, 17 horas) pensando en positivo tras su proeza de la última jornada y aunque su autoestima está por las nubes, las bajas condicionarán su planteamiento de forma importante y pueden marcar el rendimiento del equipo sobre el césped del vetusto estadio de la Plaça Barcelona. El plantel balear se ha hecho fuerte en su terreno de juego y está basando su propuesta en los puntos que ha consechado en sus últimas comparecencias como local. Los bermellones son conscientes del esfuerzo que les supone puntuar lejos de la Isla y tratarán de exprimir todas sus bazas en un escenario que dominan.
Una semana más, los contratiempos para el técnico llegan en forma de cuantiosas bajas. A la ausencia por lesión del lateral derecho Iván Merino, se ha unido esta semana la del delantero Busi, cuyo concurso quedará aplazado probablemente hasta final de temporada. Además, hay que tener en cuenta las sanciones, que dejarán esta jornada al equipo sin Cano e Iván Ramis, que tomaron antes de hora el camino de los vestuarios. Con las piezas restantes, Cazorla tratará de componer un once de garantías que sea capaz de plantar batalla a un conjunto experimentado y con opciones de meterse en la pugna por el ascenso.
Los murcianos llegan a Ciutat instalados en el cuarto puesto y vienen de reforzar su nivel de confianza tras superar en su feudo al correoso Gramanet en un partido que servía para romper una racha de tres semanas sin ganar. El Lorca se está moviendo con una gran soltura por la competición. Administra bien los goles que consigue y es el séptimo mejor equipo del campeonato fuera de su estadio, donde por el momento reparte sus seis actuaciones en dos victorias, dos empates y dos derrotas. La necesidad de mantenerse invictos desde este momento como locales marca a los jugadores de un Mallorca B para el que cada encuentro se ha convertido en una pequeña final hacia la salvación, o al menos la salida de la delicada situación que ha vivido en el primer tramo.