El penalti y la expulsión de Fernando Niño nada más comenzar el juego «marcaron el partido», según el presidente del Real Mallorca, Mateo Alemany.
Alemany se mostró convencido que la pena máxima con la que fue castigado el lance entre Oliveira y el central bermellón no fue tal. El presidente reconoció que «en primera instancia, desde el palco pareció que sí era falta», pero matizó, añadiendo que «posteriormente, al ver la acción repetida por los monitores de televisión, se ve claramente que el jugador del Valencia tropieza solo».
Con este apabullante resultado, el máximo mandatario bermellón afirmó que «es una pena que por una acción como ésta entre Niño y Oliveira se te vaya un partido», y apostilló que «con el 0-1 en el marcador y con un futbolista menos a las primeras de cambio era muy difícil poder hacer algo para sacar el encuentro adelante».
Por si no hubieran tenido suficiente con esta determinante acción, Alemany piensa que «posteriormente la suerte tampoco no estuvo de nuestra parte». El rector de la directiva balear piensa que «a pesar de todo, también tuvimos nuestras oportunidades de gol, pero entre el portero y la falta de puntería no pudimos volver a entrar en el partido».
Mateo Alemany se mostró resignado después de lo acontecido sobre el césped de Son Moix: «son cosas que a veces pasan en el mundo del fútbol y no hay que darle más vueltas».
El presidente quiere pasar página ya, no pensar más en este tropezón y no caer en lamentaciones. Y es que tal como comentó tras el choque de ayer en Son Moix, el calendario no da tregua. Y es que el equipo debe cambiar el chip, ya que el próximo jueves toca Copa de la UEFA. El conjunto que entrena Luis Aragonés se enfrentará al Copenhague, en partido correspondiente a la ida de la segunda eliminatoria de la segunda competición europea.
Alemany quiere que «todo el mundo esté centrado en este partido que viene».