Javier Olaizola cambia de banda. El capitán del Real Mallorca disputó el pasado domingo en el Calderón el primer partido de su carrera deportiva como lateral izquierdo, demarcación que ocupó de forma imprevisada por la lesión del sevillano Poli en el calentamiento previo al choque. Olaizola finiquitó una buena actuación en el carril opuesto. Sujetó las internadas de su ex compañero Alvaro Novo y dibujó su acción más característica, la conducción del balón y posterior falta del rival. Ayer, tras el entrenamiento matinal, en el que Luis Aragonés y Jesús Paredes diseñaron un duro trabajo físico, explicó sus sensaciones: «Terminé satisfecho porque nunca había jugado en esa demarcación y no es fácil, sobre todo teniendo en cuenta cómo transcurrió todo. Prepararse en diez minutos para una posición que no es familiar, no es fácil, aunque a nivel personal estoy satisfecho».
Olaizola se amoldó a la situación «gracias a mi experiencia y algunas artimañas» aunque reconoció que «la pierna izquierda no es una de mis virtudes». El guipuzcoano ya ha olvidado la grave lesión que le condenó más de seis meses al ostracismo. «Volví a meter la rodilla y me demostré a mí mismo que puedo jugar. Ya me probé ante el Sabadell, pero con todos mis respetos no es lo mismo un rival de Segunda B que un partido de competición frente a un Primera División. Me noté bastante cómodo y la rodilla aguantó porque me llevé un fuerte golpe en esa zona», indicó el vasco, que la pasada temporada sufrió la rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda.
Olaizola reconoce que estar ahí abajo, en penúltima posición, «duele», pero no destila preocupación porque confía en la reacción: «Está claro que duele, pero a mí me gusta analizar fríamente los partidos. El otro día merecimos ganar porque en el segundo tiempo sólo existió el Mallorca, o al menos fue el equipo que más y mejores ocasiones creó. Se perdió injustamente de manera cruel, pero ya debemos pensar en solventar los errores y pasar página. Con actitud y una buena presión, saldremos de ahí abajo». El donostiarra también opinó sobre la decisión de Bartomeu Cursach de poner a la venta su paquete de acciones: «Como mallorquinista, tenemos que estarle agradecido por todo lo que ha hecho y ser respetuosos con su decisión. Ha demostrado que quiere a estos colores por la inyección económica. Con nosotros se ha portado muy bien, no se ha metido en nada y, más bien, al contrario, lo único que nos ha permitido es cobrar».