Xisco Cruz|MADRID
El técnico del Real Mallorca, Luis Aragonés, manifestó ayer, en su
polémica vuelta al Calderón, que su equipo «había merecido más» y
que debía haberse embolsado los tres puntos en juego. El madrileño
consideró que sus hombres, por ocasiones de gol, tenían que haberse
llevado la victoria y cuajó un estreno no deseado en su particular
regreso a los banquillos de la Liga española.
«La primera parte ha sido bastante igualada y, aunque en la segunda dominaron, las ocasiones claras las tuvimos nosotros. Hemos llegado cuatro veces, y una le ha dado al «Mono» en las piernas, otra la ha fallado Stankovic... Al final, perdimos por una falta, cuando ellos casi no crearon ninguna ocasión. Por oportunidades, el partido tenía que haber sido nuestro», indicó.
El técnico mallorquinista afirmó que reconoció que «perder siempre duele, pero cuando puedes ponerte por delante y encima recibes el gol en el último minuto, duele más. La falta no se ni como ha venido, pero ha sido habilidad de Jorge que ha lanzado la falta muy bien, pero no es algo especial, porque en el fútbol he visto eso muchas veces y cada semana podemos comprobarlo. Me ha pasado mil veces y en todos los campos del mundo» añadió.
Preguntado acerca de su adversario, el preparador balear destacó que «en el centro del campo teníamos tres hombres contra dos y podíamos ser dueños de esa parcela, pero el Atlético tiene jugadores importantes y lo sabíamos, pero hemos tenido más ocasiones que ellos. Sin embargo, para machacar a un equipo, si llegas cuatro veces tienes que marcar dos», explicó. «Lo bueno es el trabajo que han hecho los futbolistas, aunque debemos mejorar bastante. La primera línea de presión hemos estado muy atrás».
Sin duda uno de los puntos más calientes de la jornadas era observar cuál era el recibimiento con el que la grada obsequiaba al veterano entrenador. En ese sentido, Luis declaró que «no me he enterado. Habrá quien hay gritado y quien no, pero no creo que se haya dado ningún recibimiento especial».
En el otro bando, Gregorio Manzano, dijo que la victoria contra su antiguo equipo no le produjo ninguna satisfacción especial, porque no considera que haya vencido de forma particular a Luis Aragonés. «No he tenido ninguna satisfacción especial. Ya dije que durante la semana no se había hablado de fútbol y que me gustaría que ahora sí se hiciese. Por eso, no considero que el resultado haya sido Manzano 1 - Aragonés 0. Si Dios quiere nos volveremos a enfrentar y no habrá nada más», afirmó.El técnico de Bailén, no obstante, admitió que la victoria significa «algo más que tres puntos. Para nosotros era un partido vital, porque necesitábamos el triunfo para que los jugadores vean que el trabajo da su fruto. Los tres puntos nos sacan de la zona roja, estamos en una situación complicada, pero vemos el futuro de otra forma», señaló.
Destacó igualmente que imponerse en el último minuto siempre deja un regusto especial tanto al futbolista como al aficionado. «Es bueno, porque esa sensación queda en caliente en el vestuario y, sobre todo, se la lleva el aficionado, al que todavía le debemos algunas», opinó.
El entrenador del Atlético de Madrid aseguró que no le importa que todos los goles de su equipo se produzcan a balón parado. «Si marcamos todos los tantos de faltas y acabamos con 63 puntos me daré por satisfecho, pero siempre estamos poniendo peros a las victorias, en vez de disfrutarlas», agregó.