La plantilla del Real Mallorca regresó ayer a la actividad en los campos de entrenamiento de Son Bibiloni y comenzó a preparar lo que será una de las semanas más densas dentro de su calendario particular. A expensas de sellar el pasaporte europeo y con el Atlético de Madrid en el horizonte, el grupo isleño ha vuelto a meterse en la espiral del trabajo diario para reengancharse de nuevo a las exigencias de la competición y afrontar la rehabilitación. Tomeu Llompart volvió a dirigir la sesión junto al preparador físico Toni Servera y en el grupo, además de las ausencias de los lesionados, se notó especialmente la baja del camerunés Samuel Etoo, que se encuentra con la selección de su país.
El definitivo relevo en el banquillo fue el tema más recurrente al término de la sesión. Los futbolistas, satisfechos hasta ahora con la labor del técnico interino, demostraron que respaldan de manera uniforme la decisión del consejo de apostar por Luis Aragonés y esperan inaugurar con éxito el nuevo ciclo que se presenta. Para Gonzalo Colsa, que compartió vestuario con el técnico madrileño en el pasado ejercicio, «el equipo está trabajando bien con Llompart y hasta que llegue Luis sigue siendo nuestra referencia. Si finalmente viene él, todo el mundo le conoce, por lo que ya sabemos como trabaja y para nosotros sería una garantía».
El cántabro recalcó también «que el plantel va cada dia mejor y está claro que todo esto cambiará si se consiguen ganar un par de partidos. Intentamos que todo vuelva a la normalidad y se piense en el futuro». El central andaluz Fernando Niño fue otro de los que expresó su deseo de que Aragonés coja el timón de la nave isleña. «Sabemos como es Luis y ojalá tengamos la suerte de contar con él de nuevo. Es un técnico incuestionable y le gusta mucho trabajar. Además, va dirigir a una serie de jugadores que ya hemos estado a sus ordenes y eso es importante», señala el zaguero. Txomin Nagore también conoce lo que significa compartir caseta con el de Hortaleza y opina que su aterrizaje en la Isla redundará de manera positiva sobre una escuadra que precisa una inyección moral para salir del bache.