El despido del preparador portugués se gestó durante la tarde de ayer en una larga e intensa reunión que congregó en las oficinas de Son Moix a todo el consejo de la entidad, con la intención de valorar el estado del equipo y buscar una solución a la mala imagen ofrecida en este comienzo de campeonato. La derrota en Albacete y sobre todo la apatía que proyectó el grupo en tierras manchegas, dejaron bajo mínimos el crédito de Pacheco, que hoy pondrá fin a su etapa en el banquillo bermellón después de cinco jornadas en las que no ha conseguido impregnar al equipo la mentalidad que se le presumía.
Después de una ajetreada sesión de conversaciones, Mateu Alemany se personaba ante los medios con el semblante serio para anunciar las primeras sensaciones que se desprendían su contacto con el consejo: «Se ha analizado exclusivamente la situación deportiva del primer equipo en profundidad y en un ejercicio de autocrítica importante, se ha llegado a la conclusión de que nuestra situación es grave». El presidente continuó explicando que «la imagen que se dió en Albacete no se corresponde con lo es este es club y esta plantilla y por lo tanto mañana por la mañana -por hoy- mantendremos una reunión con el técnico para plantearle cual es la situación y tratar de hallar una solución al tema».
El ejecutivo balear añadió que «esto no se debe unicamente al único partido de liga, sino a una línea de comportamiento del equipo. Como consejo de administración debemos exigir que el Mallorca ofrezca una imagen determinada con independencia de que se ganen o pierdan partidos» declaró. Con anterioridad, Son Moix había asistido al más amargo episodio vivido por el nuevo consejo desde que asumiera el control de la entidad. Éste se tradujo algo más de tres horas después, en una evidente muestra de preocupación por la marcha que ha tomado el Mallorca tras sus últimos compromisos. Por eso, desde primera hora de la tarde habían ido compareciendo por el recinto los pesos pesados de la cúpula ejecutiva del club. El primero en hacerlo fue el presidente Mateu Alemany al que siguió el accionista mayoritario, Bartomeu Cursach que fue uno de los primeros en sumarse a la convocatoria. Tras ellos fueron llegando escalonadamente al estadio Vicenç Rotger, Joan Tolo Seguí, Miquel Vaquer, Ramón Rosselló, Vicenç Grande y Àlvaro Delgado. Minutos más tarde llegaba Francisca March y alrededor de las siete menos cuarto lo hacía Sonia Cursach acompañada de Mateu Palmer. Miquel Dalmau se unía unos minutos después y tras él llegaba Joan Buades. El comienzo de la reunión se fue retrasando debido al goteo de entradas que se producían en las oficinas, que siguieron recibiendo visitas hasta las siete y cuarto de la tarde, cuando Ignasi Esteve y Marcel.lí Socías entraban en el aparcamiento del estadio a bordo de un taxi.