Alejado durante los últimos meses del concierto mediático, Mateo Alemany ha perfilado en silencio el último proyecto europeo; también ha liquidado un asunto tan peliagudo como el de la ampliación de capital y en un mercado en plena recesión el club ha ingresado 10 millones de euros en traspasos. Referencia ineludible del G-30 -el grupo de clubes de Primera y Segunda División que ha abogado por la venta conjunta de los derechos audiovisuales-, el presidente del Mallorca también ha logrado firmar un contrato televisivo ajustado a las pretensiones de la SAD balear. El nuevo equipo se ha cosido a velocidad de vértigo, aunque las expectativas vuelven a ser máximas. Tras un verano especialmente intenso, la figura de Alemany ha quedado notablemente reforzada.
-Desde que el Mallorca se proclamó campeón de Copa y se
cerraron los festejos, ha guardado usted un silencio casi sepulcral
y sus comparecencias públidas han quedado limitadas a la más mínima
expresión.
-Ha sido un verano difícil y creo que era momento de tener algo de
tiempo para reflexionar sobre todo lo que había sucedido y dejar
que las cosas se normalizaran política y socialmente. Creo que
ahora el día a día del club ha adquirido su normalidad y las cosas
vuelven a estar en su sitio. De todas formas, considero que durante
este tiempo la entidad siempre ha sido trasparente.
-Nadie recuerda un verano tan agetreado: cambio
accionarial, contrato televisivo, el «caso Ibagaza» y una constante
entrada y salida de futbolistas con el campeonato a la vuelta de la
esquina.
-Desde mi responsabilidad he tratado de priorizar y la mayor parte
del tiempo y dedicación han sido para la ampliación de capital.
Entendía que era el gran reto de la entidad, debíamos consolidarla
y además que se cubriera con capital mallorquín y por mallorquines.
Es algo que se ha conseguido y es una operación que resolvía
nuestra situación económica, un aspecto fundamental a estas alturas
de temporada. Paralelamente a este trabajo, muy complejo, también
debíamos planificar en materia deportiva. Entre otras cosas, había
que firmar a un entrenador y resolver traspasos de futbolistas que
de forma obligada debían abandonar la disciplina del Mallorca. En
este sentido, me siendo especialmente satisfecho. A Àlvaro Novo,
Ariel Ibagaza, Àlvaro Novo y Carlos Domínguez, los cuatro jugadores
que han sido transferidos, sólo les quedaba un año de contrato y
existían dificultades casi insalvables con sus agentes para lograr
su renovación. Además, existía el problema de que si los jugadores
no aceptaban ser traspasados o el mercado no permitía su venta, se
hubiera producido una situación muy desfavorable para la entidad:
en un año perdíamos sus derechos y esto hubiera resultado gravoso
para el patrimonio de la entidad. Espero que los aficionados
entiendan que en esta situación estábamos completamente obligados a
traspasarlos o perderlos. Con la venta de estos cuatro futbolistas
hemos conseguido ingresar más de diez millones de euros. En todas
estas operaciones el club ha defendido su patrimonio. El tema del
entrenador también debía resolverse y había que planificar una
plantilla que, además de las ventas de futbolistas que participaron
habituamente en el equipo durante la temporada pasada, necesitaba
desprenderse de una serie de jugadores con salarios muy importantes
y que no aportaban nada. Este trabajo de salida tenía que ira
acompañado por otro de entrada; había que sustituir a estos
jugadores y esto tampoco es fácil. Creo que las conclusiones son
buenas. Estoy satisfecho con los traspasos que hemos realizado y
con las rescisiones de contrato que hemos firmado. En el capítulo
de altas, puedo asegurarle que la plantilla actual, considerada en
su conjunto, es superior en calidad y en prestaciones individuales
a la del año pasado. Es algo de lo que estoy absolutamente
convencido. Otro tema es el rendimiento que pueda ofrecer este
plantel porque depende de otros factores. Existe una gran
competencia interna y esto es muy beneficioso a nivel deportivo.
Esta plantilla está más compensada, es más amplia y es más
competitiva en comparación con la del curso anterior.
-Regresemos a la ampliación de capital, ¿se siente usted
partícipe una operación histórica?
-La verdad es que si. He manifestado en varias ocasiones que
debemos reconocer siempre la importancia que ha tenido la familia
Asensio durante los ocho años en los que ha estado en la entidad.
En estos momentos, el Grupo Z mantiene un veinte por ciento del
accionariado y esto quiere decir que no se han ido. La mayoría del
club está en manos de mallorquines y su principal intención es que
de forma inmediata se sumen a ellos millares de mallorquinistas. El
club tiene previsto activar con rapidez una nueva ampliación de
capital dirigida a todos, para que nuevos mallorquines también
puedan se propietarios de la entidad. Cubrir la ampliación de
capital era un reto personal que me había marcado hace mucho tiempo
y finalmente se ha conseguido. Creo que esta operación beneficia al
Mallorca, a los mallorquines y también a la familia Asensio, que se
ha visto apoyada por gente de nuestra tierra. Coincido plenamente
con los que catalogan esta operación como una maniobra
histórica.