Poco acostumbrado a aparecer ante los micrófonos, Miguel Garro Gomila, Miki, (20-9-1975, Palma), se siente incómodo cuando se le atribuye un papel de actor principal. Que si una aparición en la rueda de prensa, que si un manojo de entrevistas en la radio... Y todo, porque el domingo vuelve a actuar. Jugará ante el Sevilla por segunda vez esta temporada, por lo que va a igualar los partidos que disputó la pasada campaña, en la que defendió la portería en dos ocasiones: «Si me toca jugar -quiso respetar la figura de Alberto, el tercer portero- intentaré hacerlo lo mejor posible», explicó tras el entrenamiento.
Dice que ha conseguido «aislarse» de su entorno más crítico, y asegura que ahora se siente protegido por la hinchada: «He notado que la gente piensa que puedo hacerlo bien, pero yo nunca he tenido dudas». Un par de intervenciones de mérito ante el Zaragoza, y la sensación de que ha madurado como futbolista tienen la explicación. Claro que el domingo llega el Sevilla, toda una amenaza: «Va a ser un rival muy complicado, porque tiene jugadores muy técnicos y de gran calidad por las bandas, pero nuestros laterales no son cojos», advierte el mallorquín.
Miki quiere que las miradas tras la derrota en Bilbao se extiendan a todo el equipo, y no sólo a la pareja de centrales. El cancerbero dice que «hay cuatro jugadores más un portero que defienden, pero deben ayudar todos. Es un error pensar que los fallos en defensa son de cuatro personas». Con todo, el jugador de Ciutat defiende el gran ambiente que hay en la plantilla: «Se perdió 4-0 en San Mamés y la gente entró en el vestuario gritando que el próximo partido lo íbamos a ganar. Hay un buen ambiente, porque ante el Athletic la actitud y la posición del equipo fueron buenas».