Europa Press|BARCELONA
La selección masculina de waterpolo se quedó fuera de la lucha por
las medallas y de la posibilidad de lograr el tricampeonato
mundial, tras caer por un contundente 3-7 en los cuartos de final
de los Mundiales de Barcelona, ante un gran Serbia y Montenegro,
liderada por Sapic, que sacó petróleo a su calidad y al nerviosismo
y mal día de los españoles, que fueron arrollados sin problemas.
España no estuvo a la altura de las circunstancias y de las
expectativas creadas, fallando prácticamente todo en ataque, y
nunca pudo con el buen planteamiento balcánico, ayudado por el
carácter de estos jugadores que siempre dan la cara en estos
partidos a vida o muerte. Además, Serbia se tomó cumplida revancha
de la final de Fukuoka.
Los bicampeones del mundo se estrellaron en la dura defensa serbia, que impedía la fácil circulación hispana y cerraba bien todos los huecos, a pesar de sufrir exclusiones. Esto provocó nerviosismo en los de Joan Jané y crecimiento en los competitivos «plavi», actuales campeones de Europa y que no habían ofrecido su mejor juego en la primera fase. Ikodinovic y Sapic pusieron por delante a los suyos y acrecentaron el nerviosismo. España no podía con el muro balcánico, infranqueable para los españoles, que veían como sus lanzamientos siempre eran tocados por los defensas y no lograban el objetivo buscado.
Pasaban los minutos y España no podía abrir su cuenta particular. Los errores se sucedían y Serbia no tenía problemas para mantener su renta y aumentarla. Por fin, Sergi Pedrerol puso fin a doce minutos sin anotar (1-3), pero un gran Sapic y la defensa dejaron a los actuales campeones del mundo al borde del abismo (1-4), era el comienzo del fin, la esperada reacción no llagaba y cuando parecía que el gol de Pedrerol iba a dar alas al combinado español llegó el cuarto de los serbios que dejó las socas muy complicadas.