Antes de que emergiera la figura de Elena Gómez Servera, la referencia de la gimnasia balear se llamaba Loli Rodríguez Ruiz (Palma, 1979). La que fuera campeona de España sénior B abandonó la competición tras su participación en la Universiada de 1999, pero la familia Rodríguez Ruiz continúa cosechando importantes éxitos. La protagonista de estos logros es la pequeña Tamara (Palma, 1991), campeona de Mallorca y de Balears en su primer año en el nivel A de la categoría infantil.
Loli Rodríguez practicó la gimnasia durante once años. Comenzó tarde, con nueve años, y se retiró con veinte. En este periodo se proclamó campeona de Balears entre 1993 y 1999, fue dos veces subcampeona de España y una vez campeona de España sénior B. Con el equipo español logró el octavo puesto en la Universiada de Palma y se clasificó para la final de las 24 mejores en la modalidad individual. En la actualidad continúa vinculada a este deporte: es la entrenadora del Arthemys de Inca.
Como hiciera su hermana, Tamara Rodríguez comenzó a practicar la gimnasia artística en el Club Xelsca bajo las órdenes de Pedro Mir, aunque mucho antes. Con tres años ya realizaba sus primeras piruetas, pero su familia conocía la dureza de este deporte por la trayectoria de Loli y trató de alejarla de este mundo. La primera reacción de su madre fue borrarla, pero Tamara cambió. Lloraba en el colegio y la familia tuvo que ceder y volverle a permitir que hiciera gimnasia. Tamara Rodríguez competía junto a sus compañeras en categoría escolar hasta que el año pasado Pedro Mir decidió inscribir a su equipo alevín en la categoría A del Campeonato de España. Tamara, Miriam Lázaro, Ana Servera y Jennifer López se alzaron con la medalla de plata y sorprendieron en su primera prueba en alevín A.