Un quiebro de Tuni y un disparo ajustado al palo derecho de Arnau bajaron la persiana de la Liga. Sabía el Mallorca que el gol del atacante de Sóller abría definitivamente la carpeta de la Copa, a pesar de que desde hace tiempo en la Isla sólo se mastican palabras asociadas a ese torneo. El mallorquinismo, acostumbrado en la última década a los grandes éxodos y a las obras de primer nivel, ha iniciado el proceso de aproximación a la final, punto en el que concluye el viaje del equipo de Manzano por la temporada 2002/03. Hoy se cierra el plazo que tienen los aficionados para canjear su abono por una entrada y los cerca de 15 mil seguidores que se desplazarán a Elche ya están preparando la maleta.
Será un viaje masivo, sin parangón. El Mallorca alcanza por tercera ocasión una final de Copa y la afición advierte un título, algo que ha disparado la demanda y ha reventado las previsiones. Nunca antes el club se había encontrado con una respuesta similar, y eso denuncia que el grupo bermellón genera ilusión. En parte porque la grada recuerda el triunfo en Madrid, o la victoria en Barcelona, o la trayectoria en el torneo del KO que les ha impulsado hasta la cita del 28-J. Nadie quiere perderse la final del Martínez Valero porque sospechan que allí encontrarán el primer título de cierto rango que encuentre acomodo en las vitrinas del club, y porque saben que debe ser la vía para ingresar en Europa.
El Mallorca ha diseñado un plan de trabajo completo pensando exclusivamente en el partido. Sesiones matutinas hasta el miércoles -día en el que la expedición se desplaza a Elche y queda concentrada en el Hotel Hesperia San Juan- y entrenamientos en tierras ilicitanas por la tarde hasta el sábado. Manzano ha preparado una sesión para el jueves en un terreno anexo al Martínez Valero y el viernes a las 18.30 horas está previsto que el equipo se ejercite sobre el escenario de la final. Mientras, el Recreativo desarrollará un trabajo paralelo, con desplazamiento a Elche el miércoles y entrenamientos por la tarde.