El Real Mallorca se ha movido por impulsos esta temporada. El equipo de Gregorio Manzano no ha encadenado una línea regular, entre otras cosas, porque las lesiones y la vorágine de la Copa, le ha impedido estar únicamente centrado en el campeonato regular. Sin duda, el premio de llegar tan lejos en la llamada competición del KO hizo que los esfuerzos se pagaran en la Liga. Aun así, el equipo ha quedado por encima de los diez primeros, lo que supone un buen lugar si se tiene en cuenta que el principal objetivo era el de conseguir la permanencia una temporada más. La categoría se certificó relativamente pronto y a partir de ahí el equipo intentó luchar por una plaza en la UEFA y esperó con paciencia la final de la Copa del Rey que se disputará el próximo sábado en el Martínez Valero.
01/09/2002 (El inicio)
El pesimismo invadió por momentos a la familia mallorquinista
cuando después de las tres primeras jornadas el equipo no había
sumado ningún punto. Las derrotas ante Valencia (0-2), Celta (3-1)
y Atlético (0-4) sembraron una dudas lógicas que rápidamente
quedaron en nada cuando el equipo bermellón encadenó una racha de
siete partidos sin perder. El inicio de la temporada fue similar al
que firmó Luis Aragonés el año pasado cuando tampoco sumó puntos en
las tres primeras jornadas. Manzano, por aquel entonces, pidió
calma y aseguró que la racha cambiaría de inmediato y se empezarían
a dar los buenos resultados.
01/09/2002 (La gran racha)
El equipo balear reaccionó y de qué manera ganando los siete
partidos seguidos. Athletic (0-2), Espanyol (2-0), Betis (0-1),
Osasuna (2-0), Valladolid (1-3), Alavés (3-1) y Racing (1-2). El
equipo pulverizó todos los records y pasó de ser último a
segundo.
01/12/2002 (Riazor)
El Mallorca seguía sin perder, pese a empatar ante el Villarreal en
casa. Su visita a Riazor en la jornada doce se saldó con empate a
dos goles. Después el equipo caería otra vez en plena depresión de
marcadores y encadenó derrota tras derrota.
08/12/2002 (Caída libre)
Después de Riazor llegaron cuatro derrotas seguidas. Real Madrid
(1-5), Real Sociedad (2-1), Barcelona (0-4) y Sevilla (3-0). El
crédito que había ganado el equipo balear se dilapidaba por
momentos, pero era tanta la ventaja que había conseguido encadenar
que prácticamente no se movía de las posiciones templadas de la
tabla clasificatoria.
01/03/2003 (El precipicio)
El Mallorca entró en barrena, era irregular y no ayudaban ni las
lesiones ni el hecho de tener que combinar Liga y Copa. El once de
Manzano llegó a situarse en el precipicio que da paso a las zonas
de descenso, pero de la misma manera en la que se dejó ir,
consiguió volver a despertar. La reacción empezó en la jornada 25.
A partir de ahí el Mallorca encadenó nueve semanas sin perder.
03/05/2003 (La gran gesta)
En pleno periodo de efervescencia llegó la gesta de la temporada,
del año y del siglo, la goleada (1-5) en el estadio Santiago
Bernabéu. La historia quiso que el pequeño se comiera al grande,
circunstancia que volvió a repetirse dos semanas después, en este
caso en el campo del Barcelona. Europa volvía a ser un deseo
alcanzable después de los puntos sumados en plazas tan difíciles
como las de Chamartín o el Camp Nou. El equipo rojillo dilapidó
toda posibilidad de ir a la UEFA a través de la Liga tras ceder los
puntos ante el Sevilla (1-3) y empatar ante Rayo y Recreativo. El
Málaga cerró el curso liguero perdiendo en Son Moix.