Martin Verkerk (Leiderdorp (Holanda), 1978) es un tipo muy especial. Se ha dado a conocer en el circuito ATP esta temporada, con 24 años, ya que desde los 18 hasta los 21 se dedicó a divertirse. Asegura que ahora no es tan feliz como antes, pero en su primera participación en Roland Garros ha conseguido meterse en los cuartos de final.
El rival de Carlos Moyà en la antepenúltima ronda del torneo francés era un auténtico desconocido hasta esta temporada, en la que ha logrado ganar en Milán y ser cuartofinalista en el Masters Series de Roma. Se caracteriza por tener un gran servicio y dos golpes poderosos desde el fondo de la pista. En el partido frente a Schuettler (octavos) tuvo un 61% de aciertos con el primer servicio y llegó a sacar a 215 km/h. Ganó el 82% de los puntos que jugó con su primer servicio y en los tres sets que necesitó para doblegar al alemán sólo recibió dos breaks.
Verkerk es del mismo estilo que Philippoussis, aunque algo más consistente desde el fondo de la pista por lo que se presenta como un rival asequible. Carlos Moyà está restando en Roland Garros de forma extraordinaria por lo que anularía la principal arma del holandés, el saque. Pero Verkerk piensa que sus opciones pasan por que los puntos se jueguen de revés contra revés. Sabe que es el talón de Aquiles del mallorquín y es su mejor golpe desde la línea de fondo por lo que tratará de buscar este intercambio.
Carlos Moyà no está por esta labor. Ayer machacó su revés y recibió los consejos de su entrenador Joan Bosch, de Carlos Costa y de Pepe Higueras, pero su táctica está definida. Tratará de servir como frente a Philippoussis para poder jugar de derecha y sentenciar los puntos con rotundidad. Tampoco le preocupa en exceso restar, ya que es una de las facetas que mejor está dominando estas jornadas en París.
Con las ampollas controladas, el principal peligro de Carlos Moyà en estos cuartos de final es su propia cabeza. El mallorquín tuvo un único desliz en el encuentro ante Chela, que aunque estuvo a punto de dejarlo fuera de la lucha por el título, le sirvió de estímulo para afrontar con mayor convicción y concentración el enfrentamiento con Novak.
Si Carlos Moyà tiene la iniciativa durante el punto, el encuentro tendrá pocos secretos. Verkerk es un jugador que comete muchos errores no forzados (50 frente a Schuettler) y podría dar por buena su actuación en el torneo si se ve pronto por debajo en el marcador.
Carlos Moyà y Martín Verkerk se han visto relegados nuevamente a la pista Suzanne Lenglen y jugarán hoy en el tercer turno en la segunda pista en importancia en el complejo Roland Garros, con capacidad para diez mil personas. Además del tenis y la experiencia, el mallorquín también tendrá a su favor al público, ya que es uno de los jugadores más queridos del torneo.