El Real Mallorca no guarda muy gratos recuerdos del Sevilla. El conjunto de Joaquín Caparrós sometió a un duro correctivo al once balear en el partido de ida disputado en el Ramón de Carranza y de ahí que Gregorio Manzano hablase el pasado viernes de la dificultad que entraña el choque de esta tarde.
El conjunto del Nervión es un equipo catalogado por el entrenador balear de «engañoso» y alertó sobremanera de la calidad que atesora el once andaluz en la práctica totalidad de las líneas. Ciertamente el Sevilla no tiene un escaparate que llame poderosamente la atención, pero su tratado de intenciones y el fútbol que desarrolla hacen del grupo del Pizjuán un rival siempre incómodo y de ahí que, a falta de cuatro partidos, esté como está el Mallorca, es decir, luchando por amarrar un puesto europeo. Una vez superados los llamados «Alpes» de la temporada con nota alta, ahora llega una nueva fase donde más que la técnica y la física, lo que verdaderamente influye es la preparación mental de los equipos.
A pocas semanas de las vacaciones y con la final de Elche a la vuelta de la esquina, el técnico balear quiere inflingir una sobredosis de motivación a su equipo a fin de no frenar ahora la ascensión y seguir manteniendo encendida la mecha de una posible clasificación europea.