Con un sentido de la orientación notablemente superior al de sus adversarios, Maria Antònia Munar acostumbra a saber siempre qué camiseta lleva enfundada y también quién está sentado en la grada. Por encima de valoraciones subjetivas y vicisitudes políticas, la presidenta del Consell lleva tiempo acomodada un peldaño por encima de sus competidores cuando la cuyuntura reclama el espaldarazo de la Administración pública. Munar, a diferencia de un buen puñado de políticos, tiene claro desde hace tiempo en qué mundo vive. Y eso le concede una enorme ventaja. Corren tiempos de indefinición, pero Munar mantiene su discurso y también su habilidad para aproximarse a la gente cuando todos lo esperan. Pocas horas después de que el Real Mallorca sellara su clasificación para la final de la Copa del Rey, los teléfonos de las redacciones echaban humo. Asesores, jefes de prensa y algún que otro cargo más se apresuraban a trasmitir el apoyo incondicional de sus «jefes» al equipo de Manzano y, de paso, anunciaban todo tipo de ayudas para facilitar el masivo traslado de los aficionados mallorquines a donde hiciera falta. Bastantes semanas después, la hinchada del Mallorca sigue esperando noticias del Govern y también de Cort.
Si tras el caritativo anuncio de los políticos se ocultaba un innegable afán propagandístico y electoralista, sólo Munar ha ido un poco más lejos y ha otorgado credibilidad a su discurso. Si en Mestalla fueron los impermeables, esta vez el Consell ha decidido repartir entradas (las de fondo descubierto) o un descuento de 15 euros sobre una localidad de categoría superior. Munar compareció ayer ante los medios de comunicación flanqueada por Miki Garro, Albert Riera, Javier Olaizola, Miquel Àngel Nadal y Francisco Soler. No es una foto cualquiera, incluso tiene sus gramos de emotividad por una simple cuestión de rostros. Es probable que en plena cuenta atrás lluevan las críticas sobre la presidenta del Consell, aunque no dejará de ser un gesto de perdedor. Es algo que Munar tiene perfectamente asumido, por eso, después de que el presidente de la Federación de Peñas (Miguel Garro) ofreciera todo tipo de detalles sobre cómo conseguir una entrada para la final, Maria Antònia Munar sonrió a los presentes y pidió la palabra: «No llevo las entradas en el bolso».
Albert Orfila