La efectividad de Carlos no va acorde con los minutos de los que el sevillano dispone en la presente temporada. Después de reivindicar un hueco en Chamartín y el Camp Nou, el veloz punta afronta un duelo ante el equipo que le vio crecer como futbolista. La visita del Sevilla a Son Moix, al igual que todos los enfrentamientos con los hispalenses, tienen un sabor especial para Carlos Domínguez, que deja «a un lado» todo sentimiento y apela «a la profesionalidad», a la par que no desvela si celebrará un hipotético gol ante el rival de turno.
Su situación dentro del equipo le provoca una sensación de incomodidad que se prolonga en el tiempo, pero a Carlos parece que se le agota la paciencia. «A nadie le gusta jugar pocos minutos, pero me ha tocado vivir esta situación y hay que aceptarla. Estoy convencido de que en noventa minutos tengo más opciones de marcar», comentó el delantero de Mairena de Aljarafe. Sus idas y venidas de las primeras páginas no le acaban de llenar, pues parece que a Carlos le empieza a aburrir que se le considere un jugador determinante en los momentos complicados. «Estoy cansado de que me consideren un jugador revulsivo, pero qué voy a hacer. Sólo me queda entrenar y esperar a que llegue mi hora. Tengo veintiséis años, pero llevo tres sin apenas jugar, que es lo que quiero», comentó el jugador.
En lo puramente deportivo, Alejandro Campano, Walter Pandiani y Julián Robles ya cuentan con el alta médica, aunque la presencia de los dos primeros es más que dudoso para el próximo domingo al no entrenar al mismo ritmo que el resto de sus compañeros. Robles ha iniciado la recta final de su recuperación, mientras que «Turu» Flores tampoco está en plenas condiciones y Poli es baja segura por acumulación de tarjetas. Por contra, se espera recuperar el concurso de Leo Franco bajo los palos tras perderse el partido del Camp Nou.