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Liga de Campeones

Shevchenko envía al Milán a Manchester

Inter 1
Milán 1

INTER:Toldo; Córdoba, Materazzi, Cannavaro; Javier Zanetti, Sergio Conceicao, Di Biagio, Cristiano Zanetti, Emre; Recoba y Crespo.
Cambios:Martins por Recoba, Kallon por Crespo y Dalmat por Di Biagio.

MILÀN:Abbiati; Costacurta, Nesta, Maldini, Kaladze; Gattuso, Pirlo, Seedorf; Rui Costa; Shevchenko y Inzaghi.
Cambios:Serginho por Inzaghi, Ambrosini por Rui Costa y Brocchi por Pirlo.

Àrbitro:Gilles Veissiere (Francia). Amonestó a los locales Di Biaggio y a los visitantes Inzaghi, Gattuso, Rui Costa, Kaladze.

Goles:
0-1, minuto 45, Shevchenko.
1-1, minuto 84, Martins.

Efe|MILÀN

El Milán, gracias al valor doble del gol del ucraniano Andrey Shevchenko, se clasificó a la final de la Liga de Campeones, pese a ser incapaz de superar en dos partidos a un ultradefensivo Inter de Milán que sólo creyó en el milagro en los últimos minutos. El Milán, que fue mejor, solo un poco mejor que el Inter, sufrió lo indecible en los últimos diez minutos, después de que empatase un juvenil nigeriano, Martins Obafemi, que no logró salvar al técnico argentino Héctor Cúper de las feroces críticas que le aguardan.

El gol, en la única ocasión de claro peligro, premió el mayor interés del Milán por desequilibrar la eliminatoria, porque el técnico del Inter, el argentino Héctor Cúper, ni se inmutó por actuar como local, siguió confiando en un golpe de fortuna o una acción individual que, como contra el Valencia, fuese suficiente. El Milán, que no se opuso al intercambio de golpes que le propuso su rival mediada la primera parte, se encontró con el mejor panorama posible cuando menos lo esperaba.

Fue un centro del holandés Clarence Seedorf a Shevchenko, que el defensor colombiano Iván Ramiro Córdoba no supo interceptar y que dio al «zar» la posibilidad de rehabilitarse de una temporada aciaga. El tanto no hizo sino desnudar aún más las carencias del Inter, obligado a marcar dos goles sin saber cómo. Salieron Martins y el francés Stephane Dalmat, pero el único peligro llegó en un par de golpes francos lanzados por el turco Emre.

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