José Antonio Pascual|LEÓN
La selección española, una de las mejores aspirantes a hacer algo
importante en un gran torneo mundial o europeo, mantiene también
con Iñaki Sáez en el banquillo su 'velocidad de crucero' ya
tradicional en las fases de clasificación.
España se ha caracterizado en los últimos tiempos por superar hasta con suficiencia las fases previas, con algunas excepciones, lógicamente, en las que ha caído eliminada o se lo ha tenido que jugar todo a una carta al final. El inicio de la actual ronda previa para la Eurocopa de Portugal 2004 está confirmando esta tendencia ya histórica. Los triunfos ante Grecia (0-2) e Irlanda del Norte (3-0) y el último empate en Ucrania (2-2) así lo corroboran.
Ha sido un arranque prácticamente calcado al de los últimos torneos clasificatorios. En el previo para el Mundial de Corea/Japón 2002 también comenzó con dos victorias (ante Bosnia, por 1-2, e Israel, por 2-0) y un empate (1-1 en Austria), lo mismo que en el del Mundial de Francia'98 (triunfos ante Islas Feroe, por 2-6, y Eslovaquia, por 4-1, y empate a cero en la entonces Checoslovaquia).
El mejor inicio de los últimos tiempos se remonta a la fase previa para la Eurcopa de Inglaterra, en la que comenzó con cuatro triunfos ante Chipre (1-2), Macedonia (0-2), Dinamarca (3-0) y Bélgica (1-4). De hecho, la autoridad con la que está solventando la selección española estos trances previos se demuestra en un dato: no pierde en fases clasificatorias desde que salió derrotada en Chipre por 3-2 el 5 de septiembre de 1998. Este resultado y la mala actuación en Francia'98 desembocaron en la marcha de Javier Clemente.
José Antonio Camacho, el sucesor del técnico de Barakaldo, no perdió ni un solo encuentro de fases previas e incluso no salió derrotado hasta el decimotercer partido, un amistoso en el estadio Sevilla ante Argentina, por 0-2.