José Antonio Diego (Efe)|BIRMINGHAM
Alberto García y Glory Alozie, con sendas medallas de plata, y
Mayte Martínez, con una de bronce, remataron el récord español de
metales en unos Mundiales en pista cubierta al elevar la cuenta
hasta la media docena y superar las cuatro conquistadas en
Sevilla'91 y Lisboa 2001.
Dos reyes de la pista, el etíope Haile Gebreselassie y la estadounidense Gail Devers, evitaron que García, en 3.000 metros, y Alozie, en 60 metros vallas, se proclamaran campeones mundiales en Birmingham y obligaron a los dos españoles a conformarse con una plata que les mantiene entre los mejores del planeta.
Las dos medallas de plata para España en la última jornada entraban dentro de la lógica. El bronce de Mayte Martínez en 800, por el contrario, viene a confirmar la impetuosa progresión de la atleta vallisoletana, que para subir al podio tuvo que batir a la plusmarquista mundial, la eslovena Jolanda Ceplak en un final de carrera de lo más intenso.
Martínez, que ya había batido el récord de España en semifinales con 1:59.82, volvió a batirlo en la final con 1:59.53 pese a los golpes que recibió, primero de María Mutola, la vencedora, que le desgarró la piel en la rodilla
izquierda, y luego de Ceplak.
Reina se quedó a cuatro centésimas de la medalla de bronce en 800,
pese a que no había preparado este Mundial. Sus planes de
entrenamiento no cambiaron en busca de una adecuada puesta a punto,
pero la sucesión de carreras le bastó para afinar.
La final de 800 se rompió al entrar en la última vuelta y Reina perdió dos metros que luego le costó mucho recuperar. La curva cerrada de la pista y la meta instalada casi a media recta dejaban poco espacio para recuperar. Aun así, el cuarto puesto, conseguido casi sin proponérselo, alimenta sus esperanzas para los Mundiales de París, en agosto, la última estación previa a los Juegos Olímpicos.
Conchi Montaner llegó a Birmingham con la tercera mejor marca mundial del año en longitud (6.78), se ahorró la calificación porque hubo final directa y, sin embargo, fracasó con estrépito. Con un mejor salto de 6,34 metros la española fue la única de las nueve finalistas eliminada después de la tercera ronda.
Por el contrario, la cántabra Ruth Beitia se creció ante las mejores del mundo en la final de altura. Llegó a igualar su récord de España con 1,96 y terminó en un magnífico quinto puesto que corona una gran campaña invernal. Para el año próximo, año olímpico, Ruth Beitia ya piensa en saltar los dos metros.
Al madrileño Jesús España le cupo el infortunio de ser descalificado en la final de 3.000 metros. El jurado consideró que obstruyó de forma antirreglamentaria a un adversario y le borró de la clasificación después de haber llegado en el cuarto lugar, que daba derecho a un premio de 8.000 dólares y a una beca olímpica A que le abre las puertas de la cita de Atenas'2004, aunque la siguiente estación para los medallistas y el grueso del resto de los atletas que participaron es el Campeonato del Mundo al aire libre, a disputarse este verano en París.
Manolo Martínez abrió una senda que se ha cerrado con más metales en una última jornada que ha consolidado a España como potencia universal.