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Fútbol

Borrás y otros directivos visitaron las cataratas de Iguazú a costa de la RFEF

Padrón, Castillón y el presidente de la Balear gastaron más de cinco millones de pesetas en menos de una semana

Ángel María Villar, Juan Padrón y Antonio Borrás del Barrio, en el Consolat de Mar.Foto:TERESA AYUGA

Fernando Fernández / Efe
El escándalo con el que parece convivir la RFEF ha salpicado de nuevo al presidente de la Federación Balear de Fútbol. Según destapó la Cadena Ser en la madrugada del viernes, Antonio Borrás del Barrio disfrutó junto a Juan Padrón y José María Castillón, además de sus respectivas esposas, de un viaje de placer al margen del amistoso entre las selecciones sub'20 de España y Argentina que se disputó el 24 de mayo del 2001 con un resultado favorable a la albiceleste por dos goles a cero. El partido era el motivo oficial que llevó a los miembros de la RFEF a desplazarse hasta Sudamérica con la finalidad de encabezar la expedición.

Entre la documentación exhibida por la citada emisora destacan las facturas de los diferentes gastos realizados por el vicepresidente de la Española, Juan Padrón, su administrador general, Castillón, y el propio Borrás del Barrio. El punto de partida fueron cinco billetes de avión de ida y vuelta con origen y destino en Madrid y Buenos Aires, cuyo precio asciende a unos 3'5 millones de pesetas. Una vez ya aterrizados en Argentina, el 21 de mayo del 2001, se dispuso el alquiler de una furgoneta privada para realizar el traslado al hotel. El coste de este servicio superó las 25.000 pesetas. Sin embargo, los dirigentes y las esposas de Padrón y Castillón tuvieron a su servicio el vehículo durante diez horas, con un valor de 48.900 pesetas.

Cabe decir que la AFA corrió con los gastos de traslado y alojamiento en Argentina, por lo que el gasto era a cuenta del organizador del encuentro y los cinco millones acumulados son extras a abonar única y exclusivamente de la RFEF. Al día siguiente, el periplo continuó con el traslado de los expedicionarios hacia el aeropuerto (25.500 pesetas) para tomar un vuelo que les condujera hacia las cataratas de Iguazú. Este transbordo aéreo supuso un desembolso de 621.230 pesetas, a las que se unieron 24.000 pesetas más por el recorrido en vehículo privado entre el aeropuerto y el Hotel Sheraton Iguazú. El almuerzo y las habitaciones con vistas a las cataratas supusieron un desembolso de 140.300 pesetas.

Un nuevo servicio privado de transporte, unido a una visita a la zona y un vuelo panorámico sobre las carataras ascendieron a 194.000 pesetas, a las que se añadieron 70 mil más, importe de la cena de la que disfrutaron los cinco. Dos nuevos traslados alcanzaron las 46.500, aunque llama también la atención dentro de la documentación una cena-espectáculo en la que el desembolso fue de 86.700.

Disponer de un guía, una furgoneta y el traslado entre Rosario y Buenos Aires engrsaron la factura en 183.200 pesetas. Por último, un recorrido hacia el aeropuerto de Buenos Aires (25.500) cerró un periplo que se saldó con un importe de 5.047.050 pesetas, que según informó la Cadena Ser, fueron abonados por la RFEF el 10 de abril del 2002 a la agencia de viajes habitual del organismo. Este importe fue pagado con un talón firmado por Juan Luis Larrea, tesorero de la RFEF, y José María Castillón, dentro de una cuenta general que superaba los 118 millones de pesetas.

Las cajas fuertes que se encontraban en el despacho del ex secretario general de la RFEF, Gerardo González, desaparecieron de su lugar sin que se conozca su paradero. Según informó Onda Cero, en el momento en el que el ex directivo y su abogado, Fernando Pérez Espinosa, se personaban en la entidad, tal y como se había acordado con la Federación, para retirar documentos y objetos personales y dar papeles que estaban en unas cajas fuertes de su despacho descubrieron la desaparición. Al llegar al despacho, los presentes vieron la puerta con «signos de ser forzada, como si hubiese sido apalancada», relató en el programa Pérez Espinosa. Además, en la antesala no estaban las cajas fuertes mencionadas.

También el abogado recabó alguna información para averiguar que «las cajas estaban el miércoles cuando finaliza la jornada laboral y que por la noche unos operarios estaban trabajando con un soplete porque se habían forzado unas cajas sin saber el resultado, pero nadie dice donde están. Pensamos que el presidente y el vicepresidente están obligados a darnos una explicación creíble. Da perplejidad que no se haya oído aún ninguna voz de la Federación. Si los responsables de la Federación no dan una explicación es que son responsables, por activo o por omisión», concluyó el letrado.

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