El dilema seguirá abierto al menos hasta los primeros días de la próxima semana. La Copa del Rey aún no tiene un escenario definitivo para decidirse y entre los dos clubes interesados existen diferencias que van más allá de miles de kilómetros. Las preferencias que exhiben Mallorca y Recreativo de Huelva contrastan de forma radical y todo apunta a que será la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) la que haga las veces de mediador y tenga al mismo tiempo la última palabra. De hecho, Àngel María Villar ya ha hecho llegar a Mateu Alemany y Francisco Mendoza una carta en la que les cita para el próximo lunes para intercambiar posturas e intentar buscar una solución de consenso que a día de hoy se antoja simplemente utópica.
Villar tiene claro que si no hay acuerdo, deberá tomar él mismo la decisión, lo que provocará el descontento de las partes implicadas. El Real Mallorca, en boca de Mateu Alemany, ya ha dejado claras sus pretensiones. El presidente balear no esconde sus ambiciones y piensa en Valencia o Barcelona como destinos óptimos para facilitar el traslado de los seguidores. Mientras, Francisco Mendoza no da su brazo a torcer y siguen pensando que Sevilla es el lugar idóneo. El estadio de La Cartuja es el escenario soñado por la directiva y la afición del Recreativo de Huelva. El hecho de que los onubenses puedan desplazar a unos 20.000 aficionados hace que la capital hispalense se plantee como una sólida opción, aunque Madrid sigue siendo un segundo plato apetecible.
Elche es una alternativa que no acaba de llenar al Recreativo y que al Mallorca da relativas facilidades respecto a otras de las candidaturas. En este punto, cabe destacar la dureza de un desplazamiento agravado por la insularidad. A ello se unen las dificultades de unas fechas en las que el turismo vacacional copa el mercado y el alto precio de los billetes, motivado por los constantes incrementos del coste del crudo.