La magia de la Copa da paso a la realidad de la Liga, una realidad que indica que el equipo de Gregorio Manzano está situado en zona peligrosa, con 28 puntos, a tres del descenso, y acumulando ya un número demasiado elevado de jornadas sin ganar.
El partido de esta tarde ante el Betis (17:00 horas, PPV), es uno de esos encuentros peligrosos del campeonato y que llegan inmediatamente después de haber vivido con intensidad un choque de la emoción y del desgaste del protagonizado el pasado miércoles ante el Deportivo.
El entorno es lícito que piense en la tercera final de Copa, pero no así el vestuario cuyo principal objetivo, a partir de estos momentos, es asegurar a la mayor brevedad de tiempo posible la permanencia en Primera División. Si estar en la finalísima aumenta considerablemente el caché de la entidad, no hay que olvidarse de que el pan de cada día está localizado en el campeonato regular, y ahí el equipo se muestra irregular, intermitente y débil, demasiado débil.