«¿Por qué es tan importante fichar a Ibagaza?», le preguntó un ejecutivo del Real Mallorca a Cúper. «Porque siempre sabe lo que tiene que hacer con el balón y no hay muchos que tengan esa virtud», respondió el entrenador argentino. El responsable de comunicación del club balear, Joan Frontera, recuerda esta anécdota cuando sale a relucir la extraordinaria calidad que atesora el mediapunta bermellón.
El miércoles el «Caño» ofreció otro recital marca de la casa, fue el motor del equipo, dio una asistencia de gol que recordó al mismísimo Laudrup y envió también la pelota a Pandiani para marcar el cuarto. Más, en tan poco tiempo, no se puede pedir y sobre todo si el rival que está jugando enfrente es el Real Madrid. A Ibagaza, como a todos sus compañeros, le resulta difícil esconder el deseo de llegar a disputar la próxima final de la Copa del Rey, pero su experiencia y sabedor de lo traicionero que suele ser el fútbol, le lleva también a ser prudente. «Uno siempre piensa en llegar a lo más alto, pero todos los partidos tienen sus dificultades y más si se trata de unas semifinales donde el punto de complicación siempre suele aumentar. Nos quedan 180 minutos por delante y, sin renunciar a nada, hay que tener respeto a todos y no olvidar tampoco la Liga», señaló ayer el futbolista argentino.
Ibagaza suele estar siempre de buen humor y, sobre todo, mantiene un justo equilibrio no dejándose llevar por la euforia cuando, como ocurrió el miércoles, da un recital de fútbol o si las cosas no le salen tan bien. Así de fácil explicaba cómo se inventó el pase que valió el segundo gol del Mallorca materializado por Samuel Etoo. «Vi un hueco -dijo el Caño- metí el balón y salió bien. El gol llegó en un buen momento, ya que Samuel marcó después de fallar una oportunidad y el equipo ganó en tranquilidad a partir de ese tanto», explicaba el futbolista.Ibagaza celebra tanto los goles que marca como las asistencias que da. «Me alegra tanto una cosa como la otra, pero me centro mucho en dar el último pase», explicó. Se pueden decir muchas cosas de Ariel, pero como señaló Leo Franco, «Él sí que es galáctico. Si vistiera de blanco, todo el mundo diría que es un fenómeno».