La plantilla del Real Mallorca sigue esquivando la euforia y mantiene una prudente postura pese a tener la oportunidad, este próximo domingo, de abordar el liderato de la Primera División. A todo esto se sigue hablando de la octava victoria consecutiva, pero también ahí el grupo de Manzano mantiene el tipo y hace un quiebro a números, estadísticas y retos. Lo que importa es ganar al Villarreal, sumar tres puntos y esperar una nueva jornada. La filosofía no es mala, al menos los resultados dan la razón a un equipo que continúa brillando con luz propia en el presente campeonato regular.
Ayer, el capitán Javier Olaizola reflexionó en voz alta sobre el dulce momento de juego por el que está atravesando el equipo y explicó en qué piensa en estos momentos el Real Mallorca. «Siendo sincero "dijo el defensa" la posibilidad de ser líderes a estas alturas de temporada no deja de ser una mera anécdota. Diferente sería si faltasen dos jornadas de Liga, pero ahora la historia es distinta. Ser líderes sería un motivo de orgullo para todos, pero también repito que no dejaría de ser una anécdota total», subrayó el defensa bermellón.
La situación deportiva por la que está atravesando el Mallorca recuerda la vivida en tiempos de Héctor Cúper o Luis Aragonés y los futbolistas perciben diariamente esta sensación. Olaizola comentó que «en la calle se nota el ambiente, ves a la gente muy involucrada. Es muy diferente a lo del año pasado y en estos momentos se percibe una identificación muy grande con el proyecto», dijo el capitán del Mallorca.
En los mismos términos se expresó también Samuel Etoo al asegurar que «el equipo no piensa en el liderato y sí en sumar los tres puntos en juego», señaló el delantero mallorquinista. Respecto al reto de sumar la octava victoria consecutiva, el camerunés fue muy claro y no dudó en asegurar que «si vivimos de la racha, caeremos. No podemos permitirnos el lujo de cometer este error», explicó el futbolista. Los jugadores tienen muy claro el camino que deben seguir y, por el momento, su único motivo de preocupación es no fallar ante el Villarreal y seguir haciendo inexpugnable el recinto de Son Moix que, poco a poco, vuelve a convertirse en uno de los campos más respetados de Primera División.