FERNANDO FERNÀNDEZ
La semana más decisiva para el futuro inmediato de José Àngel
Samaniego arranca en el Pazo Paco Paz, un reducto históricamente
infranqueable para un Drac Inca acuciado por las urgencias y que
puede sacar provecho de la trayectoria continental del conjunto
gallego. La Champions Cup es una arma de doble filo que puede
resultar balsámica para los baleares, que no deben sumar una
séptima derrota consecutiva que convertiría el clásico ante Menorca
en un partido a vida o muerte.
La dureza de la temporada y los pormenores de la LEB han pasado factura a un Ourense anclado en las posiciones calientes de la tabla. Dos victorias es lo único que lo que puede presumir Salva Maldonado en un nuevo intento por devolver al COB a la máxima categoría. El preparador catalán cuenta con un reducido grupo en el que la clase es el denominador común. Lester Earl, Martti Kuisma y Benjamín Ebong conforman la apuesta foránea, respaldada por un puñado de nacionales que atesoran muchos kilómetros en LEB. Juanjo Bernabé es el director de juego, y junto a Sergio Pérez, Carlos Cherry y Santi Aldama conforma la vieja guardia del Ourense.
Las incorporaciones de Josep Pacreu, la tripleta extranjera y Albert Berenguer aportan la consistencia necesaria a un bloque equilibrado en todos los aspectos. En el bando inquense, la incertidumbre y las urgencias están al orden del día. Samaniego ha desplazado a todos sus hombres, destacando la incorporación de Paris Bryant. El base se ha incorporado a marchas forzadas y dispondrá de minutos en el Pazo Paco Paz. Así, Miki López tendrá una excusa para rebajar el nivel de esfuerzo y desgaste.