Europa Press - NUEVA YORK
En una hora y 35 minutos se acabó el sueño de Carlos Moyá en el US
Open. El tenista mallorquín se vió apeado del último Grand Slam de
la temporada ante el estadounidense Jan-Michael Gambill que este
curso no había conseguido ganar a ningún jugador del top-ten
mundial. El jugador isleño, que llegaba a esta última cita del año
del Grand Slam con una victoria en Cincinnati sobre el australiano
Lleyton Hewitt en su curriculum, cedió su servicio en seis
ocasiones y se vio obligado a hacer las maletas.
Se trataba de su cuarto título de la temporada tras Acapulco, Bastad y Umag, pero sus buenas actuaciones no ha sido capaz de refrendarlas en los «grandes»: fue eliminado en segunda ronda en Australia, torneo en el que fue finalista en 1997, en tercera ronda en Roland Garros, donde se consagró en el 98, y en Wimbledon fue baja. Su mejor resultado en el US Open había sido alcanzar las semifinales, en el 98. Ayer dejaba Flushing Meadows en la segunda ronda. Si Moyá se veía apeado de un torneo tras la disputa de tres sets ante el norteamericano Jan-Michael Gambill por 6-3, 6-3 y 6-1, especialmente dolorosa fue la derrota de Costa, ya que se había adjudicado los dos primeros sets ante el sudafricano Wayne Ferreira.
El catalán comenzó el encuentro de manera inmejorable cediendo tan sólo un juego en la primera manga. En la segunda, un ajustado 10/12 en el tie-break ponía el empate en el luminoso, volvía a ceder en el tercer set para remontar en el cuarto y en el quinto y definitivo el tenista africano sentenciaba al español por 6-4. Nunca se le ha dado muy bien el US Open, ya que en sus primeras cinco participaciones cayó en primera ronda y su mejor resultado son unos octavos de final. Precisamente un compatriota puede tomarse cumplida revancha, ya que en la siguiente ronda Robredo se enfrenta a Ferreira.
En cuanto al resto del cuadro, cabe destacar la eliminación del cuarto máximo favorito a la victoria, el ruso Yevgueny Kafelnikov, que sucumbió sin apenas resistencia ante al eslovaco Dominik Hrbaty em tres mangas, por 6-3, 6-1 y 6-1. No fue el guión que siguieron dos claros candidatos al título como el estadounidense Andre Agassi, que apenas si tuvo que sacar las raquetas de sus fundas para imponerse a su compatriota Justin Gimelstob, y el australiano Lleyton Hewitt, que defiende el título y tuvo un duelo mucho más rudo ante el israelí Noam Okun.
Agassi no quiso complicarse la vida y temiendo que la lluvia que había retrasado el inicio de la jornada cinco horas hiciera de nuevo su aparición despachó a su contrario, que sólo pudo adjudicarse dos juegos en todo el partido (6-0, 6-1 y 6-1), en una hora y seis minutos. «Creo que el desarrollo del encuentro ha sido una sorpresa para los dos. Realmente no pensaba en el tiempo, sino en ejecutar bien mi plan estando concentrado desde el principio al fin», explicó el jugador de 32 años, que ya sabe lo que es alzar el trofeo en las pistas de Flushing Meadows en dos ocasiones.