Gabriel Alomar
Muy animados se vieron ayer los muelles de la Lonja ante la
celebración de la tercera regata del Trofeo Almirante Conde de
Barcelona. La asistencia de público, tanto en la zona del bar, que
se constituye en punto de encuentro de visitantes y regatistas como
en los pantalanes fijos y flotantes fue al igual que en jornadas
anteriores numerosa.
Una afluencia que ayer fue además incentivada por la ocasional visita del gran pailebote «Thopaga» que, inscrito inicialmente en el trofeo, finalmente no ha participado. Este buque perteneció antaño a la Naviera Mallorquina y navegó entre Mallorca y la Península con el nombre de «Cala Tuent». Así, constituye un último vestigio de la gran marina de vela balear junto con el «Rafael Verdera», decano de la flota y que ha debutado en esta edición con un notable espíritu regatista.
En la clasificación general por categorías destacan igualados en la clase Época, el alemán «Agneta» de Marcus Schwelger; el español «Ilex» de Jorge Pérez y el británico «Blue Peter» de Max Barker con 38'00 puntos; en la clase Clásico, el italiano «Capricia» de la Marina Militare, al mando de Felicioni Franco, con 38'00 puntos; en la clase ETR, el norteamericano «Wild Horses», con 35'00 puntos; en la clase R/E, el británico «La Brillanta», de Ricardo Rubio, con 34'10 puntos; en la clase S/E, el español «Letho» de Thomas Bemm con 25'50 puntos y en la clase Dragon el español «Lazy Daisy» con 38'00 puntos. de Roger Snell con 35'00 puntos.
El itinerario se desarrolló ayer con viento flojo del Sur, desde la boya central de la bahía frente a la escollera de la dársena de Poniente hasta la baliza de El Arenal. Un punto que entrañó problemas entre los veleros más grandes y de difícil maniobra, que tuvieron que repetir la virada o arriar velas. La tradicional cena de armadores coronó la jornada.