La marcha de José Antonio Camacho ha conmocionado al balompié nacional y parece no haber sorprendido a los pesos pesados del vestuario de una selección española que pierde a otro de sus efectivos potenciales tras la primera gran cita del milenio.
Al menos, Miquel Àngel Nadal no experimentó esa sensación de sorpresa al conocer por medio de esta redacción la dimisión del técnico de Cieza, oficializada a primera hora de la tarde de ayer. El central de Manacor parecía intuir que la continuidad de Camacho estaba más en el aire que nunca tras la eliminación de España en cuartos de final de la Copa del Mundo de Corea y Japón a manos del once de Guus Hiddink. «No me ha sorprendido, pues en el fútbol circulan muchas noticias y al final, pocas cosas te llaman ya la atención pues parece que todo es posible. Sé que había muchos comentarios que dejaban ver su marcha y tenía conocimiento de sus intenciones», destacó un Nadal que disfruta de sus cortas vacaciones antes de ponerse a las órdenes del nuevo preparador mallorquinista, Gregorio Manzano.
Pese a la dureza del momento, el internacional mallorquín respeta la determinación tomada por el hombre que le devolvió a la selección tras un breve periplo alejado de la titularidad en la misma. «En este Mundial, la gente se ha vuelto a ilusionar con el equipo y eso es de agradecer por las expectativas que se habían generado, pero cada uno, cuando le llega una edad y un momento determinado en su carrera, toma decisiones como ésta que deben ser comprendidas siempre dentro de su contexto», significó el portador del dorsal veinte, que no esconde su tristeza por un adiós a la elástica nacional que comparte cronológicamente con José Antonio Camacho.
Sobre los motivos que han conducido a una marcha que dejan huérfano el banquillo español, Miquel Àngel descarta que «la presión le haya llevado a dimitir. Es normal que todo el mundo esté pendiente de ti en un cargo de esta responsabilidad, pero debes acostumbrarte a convivir con ella. De todas formas, y pese a lo que digan, el papel de España fue excelente, y llegar hasta cuartos de final es un resultado que debe ser interpretado de forma positiva», añadió un Nadal aún en plena recuperación tras su llegada desde tierras asiáticas.